Por Juan Sebastián Téllez; Investigador Junior RADDAR CKG.

Durante el 2019, la economía colombiana mostró un crecimiento interesante y fuera de las expectativas de lo regional y mundial. Mientras Perú, Chile y México, países comparables a Colombia, tuvieron desempeños de bajo crecimiento, Colombia, encontró los motores de crecimiento en la inversión y el gasto de los hogares. Dentro de las causas que favorecieron el gasto de los colombianos se encuentran el incremento del salario mínimo real, las bajas tasas de interés que favorecieron el apalancamiento del gasto de las familias en el crédito, la migración venezolana, y la combinación de una devaluación de la tasa de cambio y la recuperación de la economía de España y Estados Unidos que al final favorecieron los hogares que reciben remesas.

Quizás uno de los puntos negativos de inflexión del desempeño económico de Colombia se encuentra en su mercado laboral; observando el indicador agregado, encontramos que en 2018 el promedio de la tasa de desempleo fue de 9,8%, mientras en lo corrido de 2019 el promedio llega a 10,8%.

Mas allá de las causas de este aumento del desempleo, que son difíciles de determinar, se identifican matices de como se comporta el mercado laboral. En primer lugar, los recientes datos de informalidad para el trimestre agosto-octubre de 2019 (DANE) muestran que la destrucción de empleo se concentra especialmente en el sector informal principalmente en trabajadores por cuenta propia, en la población con bajos niveles de educación y en las mujeres, sumando a estos grupos poblacionales los migrantes venezolanos; En otras palabras, el deterioro del mercado laboral en el país se debe principalmente a perdida de empleo en el sector informal de la economía.

En segundo lugar, Corficolombiana en su informe anual “proyecciones 2020: contra la corriente” señalo una tendencia dispar entre los ingresos promedio de los ocupados formales e informales. Mientras en septiembre  los ingresos promedio de los empleados formales creció 7% en el año móvil, los ingresos de los informales cayeron 3,5%.

Con este panorama del mercado laboral, el gasto de los hogares puede verse afectado por estas condiciones y sufrir una desaceleración para el año 2020, además de un agotamiento como fuente de crecimiento. Primero, en el 2019 los salarios reales tuvieron un alto crecimiento para los empleados formales pero para 2020 el crecimiento real va a ser moderado, por lo cual se mitigará el impulso que este incremento le dio al gasto y el contrapeso que genero a la caída de los ingresos informales.

Segundo, todo indica que la perdida de empleo en el sector informal se debe a una baja productividad del segmento informal del mercado laboral, lo que impide que pasen al sector formal. Adicionalmente, no se encuentra pronta solución a este problema, ya que las propuestas del gobierno basadas en la ley de crecimiento económico solo le apuntan a crear nuevos empleos formales pero no tiene en cuenta que los altos costos de nomina impiden que los menos productivos, informales, se integren a este mercado. Igualmente, la propuesta de incentivos tributarios a aquellas empresas que contraten jóvenes solo lograra absorber aquellos jóvenes que tengan una productividad lo suficientemente alta para los salarios del mercado laboral formal.  De esta manera, el desempleo no encuentra soluciones al problema del desempleo y el impacto que genera en el gasto de los hogares.

Tercero, los migrantes venezolanos que incentivaron el gasto real en el país entraron a competir en el mercado laboral informal lo cual puede ser otra de las razones por las cuales el ingreso de este segmento se deterioró en el último año. Lo cual nos deja ver un mayor gasto real nacional pero con un menor gasto per cápita. Este factor migratorio unido a una lejana solución estructural de la informalidad y un menor crecimiento del salario en términos reales, será un peso que tendrá que llevar el gasto de los hogares colombianos 2020.