Por Daniela Ramírez – Investigadora RADDAR CKG.

Este año en Islandia se aprobó una Ley en contra de la brecha salarial, ley que pretende que se cierre la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres, ya que en ese país las mujeres ganaban en promedio un 26% menos que los hombres, eso a pesar de ocupar el mismo cargo y realizar las mismas labores. Esta ley es algo sorprendente no porque sea injusta, sino por el hecho de que prácticamente se le está imponiendo algo a las empresas que debería suceder normalmente, ya que si dos personas cumplen la misma labor su salario debería ser el mismo. Pero el problema de la brecha salarial entre hombres y mujeres no es algo que pase solo en Islandia, sino que por el contrario sucede en todo el mundo, pero este país es el primero que decide hacer algo realmente significativo con respecto a este tema.

 Observando en retrospectiva, en el mundo, las mujeres no podían salir a trabajar y su única labor, que a manera personal es una de las más importantes dentro de una sociedad, era encargarse del hogar sin remuneración alguna, y aunque esa situación hoy en día se sigue presentando en algunos países, sí ha cambiado bastante, la lucha feminista ha permitido a las mujeres del mundo salir al mercado laboral, dejar de depender económicamente de un esposo (porque años atrás tenían que casarse para poder sobrevivir) y salir a ganar un salario para cubrir sus necesidades básicas, pero sin duda alguna algo que no se ha logrado de manera absoluta es que las mujeres tengan un mismo salario que los hombres.

En América Latina, según los últimos datos de la CEPAL, la brecha salarial sí ha tenido una gran disminución, pero junto con ese dato está también el hecho de que hoy en día las mujeres latinoamericanas tienen en promedio 6 años más de educación que los hombres, lo que podría estar reflejando que las mujeres tienen que tener un mayor grado de escolaridad para poder aspirar a cargos y salarios como los que tienen los hombres con un poco menos de escolaridad, con lo cual se podría decir que la brecha salarial no ha disminuido tanto como las cifras lo dicen.

Cabe resaltar que la brecha salarial en algunos casos puede llegar a ser más alta, ya que muchas mujeres hoy en día, adicional al trabajo que tienen también deben encargarse de las labores del hogar y eso no les genera remuneración económica alguna pero si consume horas de su día que podrían ser destinadas al ocio, y si existen casos que son contrarios, es decir que los hombres son los encargados de las labores de hogar, pero esos son muy pocos casos si los comparamos con los casos de las mujeres que trabajan y se encargan de su hogar.

 Entonces con todo lo anterior se puede afirmar que ser mujer si es una desventaja en el mercado laboral, lo cual es causado por múltiples razones como que vivimos en una sociedad que aún es muy machista, porque se tiene la mentalidad que las mujeres no tienen las mismas capacidades que un hombre, porque muchas empresas ven el hecho de contratar a una mujer como algo que les puede llegar a generar un gasto adicional por el hecho de que estas pueden llegar a quedar embarazadas y la licencia de maternidad va a ser un costo adicional, y así muchas razones más. Pero todo lo anterior no debe ser un desmotivante para las mujeres, sino que en cambio debe ser algo que motive, algo que le dé más fuerza a los grupos feministas que luchan constantemente por los derechos de todas las mujeres para que en algún momento se deje de menospreciar a la mujer en el mercado laboral y está empiece a tener las mismas condiciones laborales que tiene un hombre sin tener que hacer un mayor esfuerzo.