Por: Angélica María Rincón Plazas

Analista junior RADDAR CKG

 

En torno a la educación hay una constante discusión, se supone que es un derecho, pero como raro y por alguna extraña razón pareciera que no todos tenemos acceso a los mismos derechos. Es muy común escuchar quejas y reclamaciones respecto a la calidad de la formación académica y al presupuesto destinado para la misma, pero ¿qué pasa en realidad?

En Colombia el rubro de educación representa una parte significativa del gasto del Estado, llegando a cifras cercanas al 20% del presupuesto de la nación, pero si nos guiamos por indicadores como las distintas pruebas internacionales que hoy en día propone el sistema educativo mundial, podemos ver que la mayor parte de la población tiene dificultades y debilidades serias en este aspecto, normalmente estas falencias son atribuidas a la falta de financiación del Estado, no obstante, el principal problema del país, más que en cantidad de gasto, radica en la sensibilidad de la calidad educativa a este.

Lo anterior se puede explicar fundamentalmente porque la asignación de recursos para la educación en Colombia es ineficiente, lo que no quiere decir que sea necesariamente insuficiente, sino que no se está asignando de la mejor manera, esto expresado directamente por la OCDE. Esta ineficiencia se refleja en el costo por estudiante en los colegios públicos del país, el cual supera los costos de algunos colegios privados y de los colegios por concesión.

Pero entonces, la pregunta que surge ahora es ¿por qué esta ineficiencia? Una de las posibles respuestas podría ser la falta de formación en la etapa temprana de estudio, siendo esta la base para el posterior aprendizaje es el momento adecuado para atraer y procurar retener a los estudiantes y posibles futuros profesionales del país.

Pero no es un secreto que a medida que van pasando los grados escolares la deserción es mayor, en unos casos por elección pero en muchos otros por necesidad, ¿cómo esperar que niños y jóvenes sigan estudiando cuando se ven forzados a trabajar para ayudar al sostenimiento de sus familias?

A pesar de que el país ha tratado de avanzar en este aspecto aumentando la cobertura educativa y ha lanzado campañas que promueven que ningún niño se quede sin estudiar, la medida no parece suficiente, sumado a esto, los recursos se centran en niveles como la educación media, ya que esta es la que mayor impacto político tiene, pero al ser en los últimos años el impacto que se tiene es menor que el que se podría obtener si se tuviera un acompañamiento continuo desde los primeros años, el problema es que estos esfuerzos constituyen políticas a largo plazo, es decir, no hay resultados inmediatos y eso es algo que va todavía muy en contra de las costumbres de nuestro país.