Un Mockus sin propuestas económicas y sin pasado que le augure un buen desempeño al frente de la economía colombiana resume lo único que pueden interpretar las toldas santistas de la ola verde. En lugar de inventar fantasmas heterodoxos a la venezolana, el riachuelo naranja debería ocuparse de la generación de ideas para una auténtica recuperación económica.


Cabe resaltar que la auténtica recuperación sienta sus bases sobre el pilar fundamental que constituye el ser humano: la persona como protagonista de la prosperidad pero desde el reconocimiento de su papel en las tareas del Estado como ciudadano cumplidor del deber y respaldado en ejecutorias limpias por parte del gobierno.


En esta dirección se inscriben algunos principios centrales de la apuesta por la legalidad: recursos sagrados, trabajo en equipo y confianza. Lo sacro se traduce en disciplina fiscal que permita hacer frente al déficit que se hereda de la Administración actual (4.1% del PIB en 2009 y 4.5% estimado para el 2010). Un equipo de gobierno de calidad garantiza la recuperación de la figura ministerial autónoma y deliberante tal como lo exige el proceso de decisión en la tarea compleja del manejo económico. La confianza fundada en negociaciones transparentes en la política y manejo pulcro de los recursos económicos permite la consolidación de las instituciones y fomenta la acción ciudadana recíproca.


En particular, las apuestas verdes están encaminadas a la inclusión, la lucha contra la pobreza y la desigualdad (encarnadas por ejemplo en las gestiones recientes de Lucho Garzón contra el hambre y de Sergio Fajardo para saldar la deuda social), en tanto que el desempleo, la salud y la pobreza son los temas que reclaman mayor atención por parte del electorado, pues el conflicto y las relaciones internacionales piden moción de suficiente ilustración.


De esta forma, es evidente que la sintonía ciudadana con los verdes no es moda ni pasión instintiva, por el contrario obedece a un proyecto político de largo aliento en el que coincide el interés por el bien común con la vocación de servicio de un nuevo equipo de líderes políticos en el país.