La entrada del restaurante Coking Taichi es amplia y sobria, y no da ni una pista de lo que nos encontramos al entrar a su salón principal.
Es inicio de semana y los clientes aún son pocos a la hora del almuerzo; sin embargo, los camareros se mueven silenciosa y rápidamente de un lado a otro y entre sus dos pisos llenos de lámparas, muebles, figuras de buda y fuentes de agua traídos desde China para reforzar esas imágenes siempre presentes en nuestro imaginario, cuando se habla de esta cultura asiática.
En medio del salón principal una traductora, también china, intercambia información con los trabajadores, es la encargada de que los cocineros y los empleados colombianos logren comunicarse entre sí, aunque a ella tampoco se le entienda mucho el español, mientras en un rincón algunos clientes escogen entre los vestidos tradicionales para hacerse una foto, la parte divertida de la visita a Cooking Taichi.
Un lugar que nació para enseñarnos más sobre la gastronomía china, porque pese a convivir con ellos (hay cerca de 5.000 ciudadanos chinos en Bogotá y unos 30 mil en el país) nos quedamos con lo familiar, con lo de siempre, desconociendo la gran riqueza, los rituales y tradiciones que esta cultura ha desarrollado alrededor de la mesa.
Para acercarlos a los colombianos y traerlos hasta sus conciudadanos, Kenny Tsui, empresario, líder y presidente de la colonia china en Colombia, se lanzó hace cinco años a la que era, y creo que aún hoy día lo es, una empresa atrevida.
El objetivo era abrir un restaurante donde los visitantes recorrieran las distintas regiones chinas a través de sus sabores. Fue a su país, y de la misma forma como ha convencido a muchos coterráneos de invertir aquí, logró que cinco cocineros de Sichuan, Cantón y Beijing viajaran a Bogotá para trabajar con él.
Aquí llegaron con sus familias y sin saber una palabra de español a iniciar Cooking Taichi y cinco años después aún son los encargados de su cocina; así, el restaurante ha logrado mantener su filosofía y forma de trabajo, y se ha convertido en punto de encuentro de la colonia en Bogotá.
Su cocina es exquisita y diferente, y además de la carta en español tiene otra en mandarín con 119 opciones.
Cada plato está salteado al wok o cocido en su punto, las carnes, mariscos y vegetales conservan sus jugos; los agridulces son impecables, las hierbas aromáticas y especias enriquecen de manera sutil las preparaciones, que en ningún momento llegan a ser opacadas por los niveles de picante de parte de sus platos de generosas porciones, ideales para compartir. Esa es la filosofía de la mesa china.
El mismo acto de comer es único. Las mesas de sus salones privados tienen una base giratoria para que cada comensal vaya rotando las preparaciones, pues la idea es que el anfitrión le sirva a su compañero y este a su vez al siguiente, como si todos fueran el invitado especial. Un karaoke en coreano, mandarín e inglés aporta un poco más al ambiente festivo.
Claro que si desea disfrutar de una velada para transportarse a la China de verdad verdad debe reservar el pato Pekín con 24 horas de antelación a su visita.
El restaurante es el único en la ciudad donde se sirve con el mismo ritual de su lugar de origen: El chef sale, retira la piel crujiente del pato y arma con ella, con la carne y algunos vegetales y salsas las crepes que consumen los comensales. Está diseñado para cuatro personas ($285.000) y es además el preferido por los ciudadanos chinos asiduos a Cooking Taichi.
Para su dueño hay que probarlo todo, pero recomienda especialmente el pato Pekín, los dim sum, la sopa de Ginseng, la sopa de Wonton, el pato cantonés, el wok imperial, los langostinos a la plancha en salsa china y el pescado agridulce, además de los cinco nuevos platos que lanzaron para celebrar sus cinco años. “Todo es imperdible”, asegura Tsui. (ver el video adjunto con los nuevos platos).
Fotos y video: Martín García.
(La nota fue publicada originalmente en www.somosibaritas.com)
Carrera 14 N°. 93 – 16. Teléfono: (571) 530 4773 – (57) 301 612 1788. www.cookingtaichi.com Entradas entre 18.000 y 20.000, plato fuertes entre 30.000 y 42.000 pesos, algunos platos como los de mariscos, el pato cantonés y el pato Pekín tienen un mayor valor.
* Los precios son una guía. Pueden variar en cualquier momento.