Coca no es cocaína, el proyecto de investigación y desarrollo elaborado por el LAB Gato Dumas y centrado en el fomento del uso de la harina de coca en la gastronomía colombiana, recibió la semana pasada el premio Social Commitment en el Bocuse D’or, uno de los más prestigiosos concursos de gastronomía del mundo, que se lleva a cabo cada dos años en Francia.

Esta es la primera entrega del premio Social Commitment y en la selección del ganador participa un grupo de expertos internacionales con experiencia en este tipo de proyectos. En esta oportunidad tuvieron en cuenta el grado de impacto social, la temporalidad, la implicación de otros actores y la eficacia en la comunicación de Coca no es Cocaína.

El dinero que acompaña al premio (7.500 euros) apoyará los estudios de Mara Izquierdo, una joven indígena arhuaca, ganadora de una beca para estudiar en África.

La historia de Coca no es Cocaína se inició hace dos años, cuando 20 chefs nacionales fueron invitados a participar en el reto Coca 2019 (www.retococa.org) en Popayán, liderado por Dora Troyano y auspiciado por el Sena, Open Society Foundation y la fundación Tierra de Paz, que buscaba fomentar el uso de la harina de coca en la gastronomía colombiana. Allí tuvieron un primer acercamiento con el producto y los desarrollos agropecuarios realizados por el Sena.

Una de las cocineras invitadas fue Mónica Ríos, directora de innovación y desarrollo de Gato Dumas Colombia, que vio en la iniciativa la posibilidad de desarrollar un proyecto más grande en conjunto con los estudiantes de la escuela.

“Coca no es cocaína es un proyecto de investigación y desarrollo elaborado por el LAB Gato Dumas centrado en la investigación, registro de información y desarrollo de productos con harina de coca de uso alternativo en la gastronomía. Usamos la riqueza natural de Colombia en favor de las comunidades y la imagen del país”, explica Mónica Ríos.

Además de Mónica hacen parte del equipo seis estudiantes de Gato Dumas Colombia seleccionados en una convocatoria interna previa, ellos conforman el LAB Gato Dumas y trabajan con la metodología Gastronomy Design (GD method by LAB Gato Dumas), modelo que inicia con la investigación y continúa con la experimentación logrando desarrollo de productos innovadores y culminando con la divulgación o comunicación asertiva.

“Hemos quitado un manto negro que tiene la coca para primero aprender nosotros de algo que desconocíamos y que debía ser estructurado, difundido y aplicado”, explica Mónica Ríos.

El proyecto creado en 2019 ha logrado desarrollar hasta el momento los que ellos llaman productos cotidianos y versátiles con harina de coca para usos en múltiples recetas. Mantequilla de coca, aceite de coca, chocolate verde, bitters o gotas amargas hacen parte del portafolio.

El paso siguiente, la difusión

“En Coca no es Cocaína estamos además con Lupi Herrera, experta en temas sociales y comunicación estratégica para estructurar este proyecto con maravillosos resultados gourmet y logrando a la vez un impacto ambiental, social, político y económico positivo que constituye una reconciliación con las costumbres ancestrales y aporta  a la paz del país”, comenta Ríos.

Adicionalmente, empezarán a difundir lo conseguido hasta el momento a través de actividades virtuales y presenciales.

Para el 27 de octubre está programado un evento virtual dirigido a estudiantes de gastronomía y carreras afines, docentes y comunidad académica en general, con el objetivo de compartir información y estudiar la posibilidad de ampliar el proyecto.

Posteriormente, tendrá lugar una degustación con un cupo para 50 personas.

https://www.labgatodumas.com

*******************************************************

BOCADOS

Dos restaurantes colombianos en el listado de los 100 mejores del mundo

El restaurante El Chato fue incluído  entre los 100 mejores del mundo en el ránking de los premios The World’s 50 Best Restaurants; y el restaurante Leo, que ya hacía parte del listado mejoró sus posición en el mismo.

El listado completo realmente reconoce los 100 mejores del mundo, aunque se hace más énfasis en los 50 primeros que se dan a conocer durante una ceremonia especial.

Así, El Chato ingresa en el puesto 80 y la semana pasada, durante la gala de los 50 Mejores Restaurantes del Mundo celebrada en Amberes (Bélgica), se anunció que Leo, reabierto hace unas semanas después de su renovación, sube tres posiciones acomodándose en el puesto 46 de la lista. Ambos restaurantes tienen sus sedes en Bogotá.

Los establecimientos incluidos en el The World´s 50 Best Restaurants son escogidos de una lista elaborada por un jurado de más de mil expertos independientes del mundo de la gastronomía del que hacen parte chefs de larga trayectoria, viajeros gastronómicos y periodistas, entre otros.