La invitación no decía mucho. Solo que me esperaban en el Club de las Mañanitas, en la sede de Con Contraseña, un espacio dedicado a la buena mesa en Bogotá, creado por Catalina Alba.

Para los amantes de la gastronomía el nombre de la publicista caleña Catalina Alba es bastante familiar por su proyecto ‘Lo que se cocina en esta casa’, a través de cual llevó su afición por la cocina al mundo de la virtualidad y desde donde compartió con los colombianos todo su conocimiento.

Juliana Salazar y Catalina Alba en el Club de las Mañanitas: Fotos: Honoria Montes.

Desde entonces no ha parado y, aunque ‘Lo que se Cocina en Esta Casa’ cumplió su ciclo, su creatividad se manifiesta nuevamente en su proyecto virtual Almorza Diario y en su espacio Con Contraseña, donde desarrolla diversas experiencias gastronómicas privadas, varias de ellas en alianza con la chef Juliana Salazar, autora del libro Cocina Para Uno, lo que la consolida como una de las  líderes del mercado local en el tema.

A las 10 a.m. toqué la puerta, me abrió Catalina, y me encontré frente a una mesa decorada primorosamente y un poco más allá pude apreciar la cocina abierta, dispuesta para varios cocineros (o sea, nosotros los invitados), donde la chef Juliana ponía a punto los últimos detalles.

“Deja allí tu bolso y toma el delantal que te guste”, me dijo Catalina, así fueron llegando los demás invitados y ya con un café en mano procedió a contarnos sobre su nuevo proyecto: El Club de las mañanitas.

El tema del día era la Nostalgia de los 80 y 90, y nuestra inspiración para cocinar serían esas mesas formales, llenas de elegantes preparaciones que se ofrecían en nuestras casas para las fechas especiales.

La chef Juliana sacó un viejo libro de recetas de Nestlé y un ajado cuaderno con las prepaciones  de su abuela y de su mamá; Catalina sumó las de su hogar y así empezó una mañana inolvidable al calor de los fogones, la música de fondo con los clásicos de los 80, mientras los recuerdos de las reuniones familiares de la época nos llenaban de risas.

Poco a poco fuimos dando vida a las preparaciones: el fricasé de pollo de la mamá de Catalina, los tomates rellenos con puré de papa, los volovanes con salsa de champiñones, y, para el postre, la clásica crema de limón acompañada de deditos de galleta, los que nunca faltaban por aquellos tiempos.

El montaje nos acercó definitivamente a esas memorables décadas. Aparecieron las grandes bandejas de plata cubiertas con hojas de lechuga y las rosas de tomate para decorar, poco a poco fuimos llenando la mesa y nos sentamos a traer más memorias de nuestras cenas familiares.

La propuesta de Catalina y Juliana nació luego de darse cuenta de que en sus otras experiencias muchos asisten solos y por eso ven en El Club de las Mañanitas una herramienta que ayude a las personas su círculo de amigos y ofrecer una velada original y amena.

“El Club de las Mañanitas no se trata de una clase de cocina, sino de compartir en la mesa. Todas nuestras experiencias tienen dos partes, primero cocinamos juntos y luego, nos sentamos a la mesa a compartir, es nuestro gran diferencial con respecto a una escuela y es más informal, menos técnico”, nos cuenta Catalina.

El objetivo es hacer grupos de ocho personas y aprovechar las mañanas, un plan perfecto para quienes cuentan con flexibilidad laboral o quienes buscan actividades distintas en este horario. Inicialmente se llevará a cabo los miércoles, pero realmente puede organizarse cualquier día de la semana dependiendo del número de participantes.

“Uno de los detalles que tuvimos en cuenta cuando diseñamos la experiencia es que no fuera siempre el mismo tipo de clase ni de tema, porque cada una tiene un estilo que se complementa. Por ejemplo, podemos escoger una ciudad e inspirar en ella nuestras recetas; un personaje, como un chef famoso o una referencia de cultura popular y la idea es que lo seleccionemos con ayuda de los participantes”, comenta Juliana Salazar. Se trata de generar una experiencia diferente en casa sesión.

El Club de las Mañanitas funciona como una membresía que incluye cuatro clases al mes con ingredientes, clase y almuerzo incluido, por un valor de 480 mil pesos mensuales. Igualmente se puede pagar una sola sesión, aunque el objetivo, como lo dice su nombre, se convierta en un club donde se genere un vínculo de amistad y camaradería permanentes.

Un café cerró nuestro primer Club de las Mañanitas. Salimos de allí llenos de la calidez de las risas, con nuestro paladar saturado de los sabores de nuestras casas y de cenas que ya no se repetirán, pero que vuelven a estar cercanas con experiencias como esta de Catalina Alba y Juliana Salazar. Gracias por la invitación. 

Informes: www.catalba.co WA: 57 3195839275

Fotos: Honoria Montes