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El nuevo Kwid ensamblado en Colombia trae inversión, tecnología, sostenibilidad y un nuevo turno de producción. Así se mueve un país.

Ariel Montenegro, managing director, Renault Sofasa (Foto Renault Sofasa).

Ariel Montenegro, managing director, Renault Sofasa (Foto Renault Sofasa).


Cuando uno oye que una marca mete $100 millones de dólares en un país, lo primero que piensa es: ‘¿y todo eso para qué?’ Pues Renault no solo desembolsó esa platica en Colombia, sino que lo hizo con una idea clara: ensamblar el Kwid colombiano, con todo y su colibrí grabado en la carrocería. Esta inversión no solo trae carros: también trae trabajo, tecnología y un empujón bien interesante al “made in Colombia”.

Con esta movida, Renault Sofasa ya está generando cerca de 1.000 empleos directos en su planta de Envigado y un montón de procesos que ahora se hacen en casa. Y ojo al dato: buena parte de esos puestos son ocupados por técnicos e ingenieros que hoy  tienen las manos metidas en producir el Kwid criollo.

O sea, no solo se fabrican y ensamblan piezas, también se forman perfiles técnicos, se fortalecen cadenas de suministro y se le mete músculo a la producción local.

Renault Kwid colombiano: una declaración de intenciones (Foto Renault Sofasa).

Renault Kwid colombiano: una declaración de intenciones (Foto Renault Sofasa).

¿POR QUÉ KWID?

Ahora bien, ¿qué hay detrás de la elección del Kwid y no otro modelo? “Es que es un modelo con potencial en mercados emergentes, pero con toda la onda de la movilidad urbana”, me aseguró Ariel Montenegro, managing director de Renault Sofasa.

La elección del Kwid no fue improvisada. De hecho, en septiembre de 2023, Luca de Meo —el CEO del Grupo Renault— vino a Colombia con su equipo directivo para ver de cerca el potencial de ensamblarlo en Envigado. Y entre el músculo que ya tenía la planta y las más de 42 mil unidades vendidas en el país, la decisión fue casi que cantada.

Pero eso no significa que lo dejaron tal cual. Al contrario. Venía con algunos detallitos desde Brasil que aquí decidieron pulir. Lo que se mostró este semana en la planta de Envigado ante 60 periodistas y más de 1.000 invitados fue un Kwid mejor terminado, con más atención al detalle y un trabajo más fino, más prolijo.

Viéndolo de cerca, mientras es construido pieza por pieza, uno se da cuenta que adaptarlo al mercado colombiano no fue un asunto de copy-and-paste. Fue un verdadero ejercicio de rediseño, pruebas, ajustes y mucha ingeniería paisa puesta en acción. Ahí está el secreto.

El Kwid colombiano no es una copia del brasileño o del indio. Tiene ajustes, mejoras y un guiño visual que lo diferencia: un colibrí estampado en su carrocería. Un detalle simple, pero con una potente carga simbólica. Algo así como un ‘sí se puede’ en versión metálica.

Renault Kwid colombiano: una declaración de intenciones (Foto Renault Sofasa).

Renault Kwid colombiano: una declaración de intenciones (Foto Renault Sofasa).

ECOSISTEMA PRODUCTIVO

Y esto no es de ahora. La planta de Envigado ya lleva 18 modelos ensamblados. Una línea de tiempo que no siempre suena en titulares, pero que muestra consistencia. Poner a andar esa maquinaria requiere visión y constancia.

“No es solo ‘ensamblar un carro’, es sostener un ecosistema productivo, con proveedores, transporte, servicios, logística y comercialización”, prosigue Montenegro. “Este tipo de apuestas son una muestra de que Colombia tiene lo necesario para producir con calidad y competir en grandes ligas. El Kwid nacional es un símbolo de eso”.

Renault Kwid colombiano: una declaración de intenciones (Foto Renault Sofasa).

Renault Kwid colombiano: una declaración de intenciones (Foto Renault Sofasa).

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MODELO DE EXPORTACIÓN

Pues buena parte de la producción del Kwid colombiano no se queda aquí. De las 15.000 unidades que piensan sacar este año, un buen porcentaje saldrá rumbo a México, Ecuador, Chile y otros 11 destinos que ya vienen recibiendo carros desde la planta de Envigado.

Sofasa ya venía ensamblando modelos como el Duster, Logan, Sandero y Stepway, todos con sello local y listos para exportar.

En palabras de Montenegro, no es algo nuevo: “Sofasa lleva rato funcionando como centro exportador y —con el Kwid— el plan es que siga esa misma línea. No solo estamos ensamblando para consumo interno, también estamos metidos en la cadena automotriz de la región. Y eso, para Colombia, sí que tiene peso”.

Renault Kwid colombiano: una declaración de intenciones (Foto Renault Sofasa).

Renault Kwid colombiano: una declaración de intenciones (Foto Renault Sofasa).

Algunas piezas del carro están elaboradas con biocompuestos derivados del cacao colombiano. Es una jugada nacida de una alianza con Esenttia y Nacional de Chocolates que le da un giro interesante al rollo de la sostenibilidad.

Luego de 55 años metiéndole motor al país, Renault Sofasa es más que una ensambladora. Con más de 1.7 millones de vehículos producidos y el 90% de la producción nacional en 2024 bajo su ala, esta empresa casi que sostiene la industria automotriz colombiana.

No por nada genera más de 7.000 empleos entre directos e indirectos. Y ahora con el Kwid, la cosa se movió tanto que abrieron un nuevo turno de producción. Por si fuera poco, este año fue la ‘mejor planta’ del Grupo Renault a nivel global en calidad.

“Este lanzamiento demuestra lo que Colombia puede lograr cuando se cree en su industria”, finaliza Ariel Montenegro. “Es lo que pasa cuando una planta deja de ser solo un espacio industrial y se convierte en un lugar donde se cruzan talento, visión y país. Ese colibrí estampado no es decorativo. Es una firma. Una forma elegante de decir: esto lo hicimos aquí, y lo hicimos bien”.

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