Publicado el 8 de marzo de 2012 por Ellen Brown
Alguna vez la oveja negra de las altas finanzas, los bancos de carácter público pueden tranquilizar a los depositantes sobre la seguridad de sus ahorros, y pueden ayudar a mantener un enfoque en la inversión productiva en un mundo en el que la regulación financiera eficaz sigue siendo más una aspiración que una realidad.
— Centre for Economic Policy Research, VoxEU.org (Enero de 2010)
La banca pública es un concepto relativamente desconocido en los Estados Unidos. Sólo un estado —Dakota del Norte— posee su propio banco. Dakota del Norte es también el único estado que evadió la crisis crediticia de 2008, luciendo desde entonces un superávit presupuestal todos los años; pero los escépticos descartan esto como casualidad u otros factores. La percepción común es que los burócratas son malos empresarios. Para determinar si los bancos públicos son activos o pasivos, tenemos que mirar más lejos.
Cuando nos quitamos nuestras miopes anteojeras norteamericanas, resulta que globalmente, los bancos de propiedad pública no solamente son bastante comunes, sino que los países con sectores de banca pública consolidados, en general tienen economías fuertes y estables.Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo presentado en 2005, el porcentaje de propiedad pública en el sector bancario a nivel mundial a mediados de la década de los noventa fue superior al 40%. Los países BRIC —Brasil, Rusia, India y China, comprenden casi 3.000 de los 7.000 millones de personas en el mundo, o el 40% de la población mundial. Los BRIC hacen un uso intensivo de los bancos del sector público, que componen aproximadamente el 75% de los bancos en la India, 69% o más en China, 45% en Brasil y 60% en Rusia.
Los BRIC han sido el principal foco de crecimiento económico mundial en la última década. China Daily reporta: «Entre 2000 y 2010, el PIB de los BRIC aumentó en un increíble 92.7% en comparación con un crecimiento del PIB mundial de alrededor del 32%, con las economías industrializadas en un muy modesto 15.5%». Todos los principales bancos en los BRIC (la mitad del mundo) son de propiedad estatal. De hecho, los bancos más grandes a nivel mundial son de propiedad estatal, incluyendo:
- Los dos mayores bancos por capitalización bursátil (ICBC y China Construction Bank)
- El mayor banco por depósitos (Japan Post Bank)
- El mayor banco por activos (Royal Bank of Scotland, ahora nacionalizado)
- El banco de desarrollo más grande del mundo (BNDES en Brasil).
Un artículo de mayo de 2010 en The Economist señaló que los sólidos y estables bancos de carácter público de la India, China y Brasil, ayudaron a estos a capotear la crisis bancaria que afectaba a la mayor parte del resto del mundo en los últimos años. Según el profesor Kurt von Mettenheim de la Escuela de Negocios de Sao Paulo en Brasil:
Los bancos públicos otorgaron créditos contracíclicos y opciones para contrarrestar los efectos de la reciente crisis financiera, mientras obtenían una ventaja competitiva sobre los bancos privados y extranjeros. Una mayor confianza de los clientes y depósitos oficiales, reforzaron el respaldo de los pasivos y la capacidad de préstamo. Las políticas de crédito de los bancos públicos del BRIC ayudan a explicar por qué estos países experimentaron crisis económicas más cortas y suaves durante el período 2007-2008.
Hallazgos sorprendentes
En un trabajo de investigación de 2010 resumido en VoxEU.org, los economistas Svetlana Andrianova, et al., escribieron que la nacionalización después de 2008 de una serie de bancos muy grandes, incluyendo al Royal Bank of Scotland, «ofrece un momento oportuno para reducir el poder político de los banqueros y para llevar a cabo las tan necesitadas reformas financieras». Sin embargo,«existe la preocupación de que los gobiernos puedan ser incapaces de administrar los bancos nacionalizados de manera eficiente».
No hay que preocuparse, dicen los autores:
La posterior investigación que hemos llevado a cabo (Andrianova et al, 2009) […] muestra que la propiedad gubernamental de los bancos tiene, como mínimo, una fuerte asociación con mayores tasas de crecimiento a largo plazo.
Utilizando datos de un gran número de países de 1995 a 2007, nos encontramos con que, en igualdad de circunstancias, los países con un alto grado de propiedad pública de la banca han crecido más rápido que los países con poca propiedad pública de los mismos. Se demuestra que este hallazgo es sólido frente a una serie de pruebas econométricas.
Ampliando este tema en su trabajo de investigación, los autores escriben:
Si bien muchos países de la Europa continental, incluyendo Alemania y Francia, han tenido una buena cantidad de experiencia con bancos de propiedad pública, el Reino Unido y los Estados Unidos se han encontrado en territorio desconocido. Por lo tanto, no resulta sorprendente que exista una hostilidad profundamente arraigada en estos países hacia la noción de que los gobiernos pueden administrar los bancos de forma eficiente […] La hostilidad hacia los bancos de propiedad gubernamental refleja la hipótesis […] de que estos bancos son establecidos por los políticos, que los usan para apuntalar su poder, ordenando prestarle a sus partidarios políticos y empresas de propiedad estatal. A cambio, los políticos obtienen votos y otros favores. Esta hipótesis también postula que los bancos motivados políticamente toman malas decisiones de crédito, dando lugar a incumplimientos en los pagos, fragilidad financiera y un crecimiento más lento.
Pero eso no es lo que los datos de estos investigadores han demostrado:
[E]ncontramos que […] países con los bancos de propiedad estatal han, en promedio, crecido más rápidamente que los países sin o poca propiedad estatal de la banca […] Esto es, por supuesto, un resultado sorprendente, especialmente a la luz de la creencia generalizada —comúnmente apoyada por evidencia anecdótica— de que «[…] los burócratas por lo general son malos banqueros»…
¿Cómo se explican sus sorprendentes hallazgos? Los autores ofrecen una novedosa explicación:
Sugerimos que los políticos de hecho pueden preferir que los bancos no estén en el sector público […] Las condiciones de un débil gobierno corporativo en los bancos proporcionan un terreno fértil para el enriquecimiento rápido, tanto para los banqueros como para los políticos, a expensas del contribuyente en última instancia. En tales circunstancias, los políticos pueden ofrecer a los banqueros un sistema de regulación débil a cambio de contribuciones a sus partidos, posiciones en las juntas directivas de los bancos o lucrativas consultorías. Las actividades que son más propensas a ofrecer a ambos lados retornos rápidos, son las más especulativas, sobre todo si son lo suficientemente confusas como para no ser bien entendidas por los accionistas, tales como el complejo negocio de los derivados.
Por el contrario, los bancos públicos tienen menos libertad de participar en estrategias especulativas que resulten en el enriquecimiento rápido para funcionarios con información privilegiada y los políticos. Es más, los políticos tienden a ser considerados responsables de actos ilícitos o mala gestión en el sector público, pero normalmente sólo se les señala indirectamente, si acaso, por los delitos menores de los bancos privados. Se espera que los accionistas eviten esto, pero la falta de transparencia y un gobierno corporativo deficiente les impide hacerlo en la práctica. Por otro lado, cuando se trata de bancos que se encuentran en el sector público, es más probable que la responsabilidad democrática de los políticos que los frene de participar en la especulación. En estos bancos, los altos directivos tienen más probabilidades de ser obligados a centrarse en el trabajo más mundano de la financiación de empresas reales y el crecimiento económico.
Los BRIC como un poder global
Enfocarse en la financiación de empresas reales y el crecimiento económico parece ser el secreto de los BRIC, que son líderes mundiales en el desarrollo económico en la actualidad. Pero el fenómeno BRIC es más que una tendencia de crecimiento identificada por un economista. Ahora es una organización internacional, una alianza de países que representan los intereses y objetivos comunes de sus miembros. La primera reunión del BRIC, que tuvo lugar en 2008, fue llamada un triunfo para la política el ex presidente ruso Vladimir Putin, de la promoción de acuerdos multilaterales que cuestionen el concepto de los Estados Unidos de un mundo unipolar.
Los países BRIC tuvieron su primera cumbre oficial y se convirtieron en una organización formal en Ekaterimburgo (Rusia) en 2009. Se reunieron en Brasil en 2010 y en China en 2011, y se reunirán en la India en 2012. En 2010, por invitación de China, Sudáfrica se unió al grupo, convirtiéndolo en «BRICS», agregando una presencia estratégica en el continente africano.
Los países BRICS buscan más voz en las Naciones Unidas, el FMI y el Banco Mundial. Incluso están discutiendo la creación de su propio banco multicultural para financiar proyectos dentro de sus propias naciones, en competencia directa con el FMI. Se oponen al dólar como moneda de reserva mundial. Luego de la cumbre de Ekaterimburgo, pidieron una nueva moneda de reserva mundial; diversificada, estable y previsible, y tienen el poder para conseguirlo. De acuerdo a Liam Halligan, escribiendo en The Telegraph del Reino Unido:
Los BRIC representan […] alrededor de tres cuartas partes del total de las reservas de divisas. Tienen pocos problemas fiscales graves y todos son acreedores externos netos.
Los intereses financieros occidentales siempre han luchado por mantener el dólar como moneda de reserva global; pero que están perdiendo la batalla, a pesar de la coerción económica y militar. Rusia, China y la India son ahora potencias nucleares. Con los BRICS se tendrá que negociar, y el primer paso para la formación de una relación constructiva es comprender cómo funcionan sus economías. En lugar de declarar la guerra a sus prácticas más exitosas, podemos decidir asimilar algunas de ellas a nuestro favor.
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Escrito para la Public Banking in America Conference (abril 27 – 28 de 2012) en Filadelfia.
Ellen Brown desarrolló sus habilidades de investigación como abogada litigante en derecho civil en Los Ángeles; graduada de UC Berkeley y UCLA School of Law. En Telaraña de Deuda (Web of Debt), su último de once libros, aplica esas habilidades en el análisis de la Reserva Federal y el ‘conglomerado del dinero’. Muestra cómo este cartel privado ha usurpado el poder de crear dinero de manos de la gente, y cómo nosotros, la gente, podemos recuperarlo. Ha escrito cerca de 100 artículos sobre este asunto desde que Web of Debt fue publicado por primera vez. Sus sitios web son www.telaranadedeuda.com, www.webofdebt.com y www.ellenbrown.com
Es columnista habitual de Truthout, Huffington Post, Yes!, Seeking Alpha y Global Research, y presidenta del Public Banking Institute (Instituto de la Banca Pública), publicbankinginstitute.org
Fue conferencista de TEDxNewWallStreet 2012 en Mountain View (California)
Síganos en Twitter: @telaranadedeuda
Traducción por Andrés Celis.