Publicado el 7 de Agosto de 2011 por Ellen Brown
Era usual que cuando el director de la Fed hablaba, el mercado le escuchaba pero, el director ha perdido su mística. Ahora, cuando el mercado habla, los políticos escuchan. Esperemos que hayan escuchado lo que el mercado acaba de decir: los recortes gubernamentales son malos para los negocios. El Gobierno tiene que gastar más, no menos. Afortunadamente, hay maneras viables de hacer esto sin dejar de equilibrar el presupuesto.
El jueves 4 de agosto, el promedio industrial Dow Jones cayó 512 puntos, la mayor caída del mercado de valores desde el colapso de septiembre de 2008. ¿Por qué? ¿No se suponía que los mercados debían rebotar tras el acuerdo sobre el techo de la deuda alcanzado el lunes, evitando la cesación de pagos de los Estados Unidos y una rebaja en su calificación crediticia? eso fue lo que nos dijeron, pero aparentemente el mercado entiende lo que los políticos no: el acuerdo sobre la deuda es uno de muerte para la economía.Reducir el gasto público en 2.2 billones de dólares a lo largo de una década, tal y como el Congreso acaba de aprobarlo, mata cualquier esperanza de recuperación económica. Estamos ante una recesión de doble caída.
En realidad la cifra es mayor a 2.2 billones de dólares. Como Jack Rasmus lo señaló en Truthout el 4 de agosto.
Los economistas estiman el ‘multiplicador’ del gasto gubernamental en alrededor de 1.5. Esto significa que por cada reducción de 1 dólar en el gasto, alrededor de 1.5 dólares son sacados de la economía. El primer año de recortes será por tanto de 375.000 a 400 000 millones de dólares en términos de su efecto económico. Irónicamente, esto es igual al aumento del gasto para 2009 del plan de estímulo económico inicial de Obama. En otras palabras, estamos a punto de extraer de la economía —que ahora muestra múltiples señales de grave debilitamiento— ¡el estímulo del gasto inicial para 2009!
Como otros han señalado, que la magnitud de la contracción del gasto se traducirá en 1.5 a 2 millones de puestos de trabajo perdidos adicionales. Esto también equivale a todos los puestos de trabajo creados desde el punto más bajo de la recesión en junio de 2009. En otras palabras, el mercado de trabajo también retrocederá a dos años atrás.
No estamos yendo hacia adelante. Vamos hacia atrás. Nos comemos las uñas con la ‘crisis de la deuda’, pero la deuda nacional no es lo que ha paralizado la economía y la crisis no fue creada por la Seguridad Social o Medicare, que están siendo dispuestas para pagar los platos rotos. Fue creada por Wall Street, que ha exprimido billones en dinero del rescate financiero proveniente del Gobierno y los contribuyentes; y por los militares, que han tomado billones para una amorfa y sin fin ‘Guerra contra el Terror’. Pero los golpes están programados para recaer en los llamados ‘derechos’ —una red de seguridad social a la que nosotros, el pueblo, en realidad tenemos derecho, porque pagamos por ellos con nuestros impuestos.
El Problema no es la Deuda Sino una Oferta Monetaria que se Encoge
Los mercados no están reaccionando a una ‘crisis de la deuda’. Ellos no se fijan en los gráficos de hace diez años. Miran los indicadores prsentes de empleo y ventas, que se han convertido en persistentemente negativos. Los puestos de trabajo y las ventas dependen a su vez de la ‘demanda’, lo que poner el dinero en los bolsillos de los consumidores; y la oferta monetaria se ha contraído hoy en día. No vemos esta contracción, ya que está principalmente en el ‘sistema bancario en la sombra’, la ‘cosa’ que se derrumbó en 2008. El sistema bancario en la sombra solía estar reflejado en M3, pero la Fed ya no lo reporta. Sin embargo, en julio de 2010, la Fed de Nueva York publicó en su página web un informe titulado ‘Banca en la Sombra’. Mencionaba que el sistema bancario en la sombra se había contraído en 5 billones desde su punto máximo en marzo de 2008, cuando fue valorado en unos 20 billones de dólares —más grande incluso que el sistema bancario tradicional. En julio de 2010, el sistema en la sombra se había reducido a cerca de 15 billones de dólares, en comparación a los 13 billones de dólares del sistema bancario tradicional. Sólo alrededor de 2 billones de dólares esta contracción han sido sustituido por los programas de aligeramiento cuantitativo de la Fed, dejando un déficit de 3 billones a ser llenado, y sólo el Gobierno está en condiciones hacerlo. Nos han vendido la idea de que hay una ‘crisis de la deuda’ cuando lo que realmente hay es una crisis de liquidez. Pagar la deuda federal, cuando el dinero escasea, sólo empeora las cosas. Históricamente, cuando el déficit ha sido reducido, la oferta monetaria se ha reducido junto con aquel, enviando la economía a la recesión. La mayor parte de nuestro dinero ahora llega al mundo en la forma de deuda, que se crea en los libros de los bancos y se le presta a la economía. Si no hubiera deuda, no habría dinero para que la economía funcionara y, en la actualidad, la deuda privada ha colapsado. Motivados por las políticas de la Fed, los bancos han endurecido las condiciones de sus préstamos y quedándose sentados con su dinero, contrayendo la oferta monetaria circulante y la economía.
Formas Creativas Para Equilibrar El Presupuesto
La deuda federal no ha sido pagada desde los días de Andrew Jackson, y no tiene que serlo. Simplemente es prorrogada año tras año. El único peligro real que representa una crecimiente deuda federal es la carga de intereses, pero esto no ha sido un problema aún. La Oficina de Presupuesto del Congreso, informó en diciembre de 2010:
[U]na fuerte caída en las tasas de interés ha reducido el monto del interés que el gobierno paga sobre la deuda [nacional]. En 2010, los desembolsos netos por intereses, ascendieron a 197.000 millones o el 1.4% del PIB, una participación menor del PIB de lo que representaron durante la mayor parte de la pasada década.
La carga de intereses se incrementará si la deuda federal sigue creciendo, pero ese problema puede ser resuelto obligando a la Reserva Federal a comprar la deuda del Gobierno. La Fed descontaría sus utilidades del Gobierno luego de deducir sus costos, haciendo al dinero casi libre de interés. Ya lo está haciendo con sus programas de aligeramiento cuantitativo y ahora tiene cerca de 1.7 billones de dólares en títulos federales.
Si el Congreso debe mantener su techo de la deuda, hay otras maneras de equilibrar el presupuesto y evitar un aumento de la deuda. Ron Paul ha propuesto un creativo proyecto de ley que eliminaría el déficit de 1.7 billones de dólares simplemente con que la Fed destruyera sus títulos federales. Ningún acreedor se vería perjudicado, ya que el dinero fue generado con sólo pulsar una tecla de computador en primer lugar. El Gobierno simplemente estaría cancelando una deuda consigo mismo y ahorrándose los intereses.
La Alternativa de la Moneda del Billón de Dólares
La solución más directa al problema de la deuda, es que el Gobierno financie su presupuesto con dinero emitido por sí mismo. Una alternativa sería que el Tesoro emita billetes de los Estados Unidos, tal y como se hizo en la Guerra Civil por el presidente Lincoln.
Otra alternativa fue sugerida en mi libro Telaraña de Deuda en 2007: el Gobierno simplemente podría acuñar algunas monedas de billón de dólar. El Congreso tiene la facultad constitucional de ‘acuñar moneda’, y no hay un límite sobre el valor de las monedas que crea, como fue señalado por un presidente de la Subcomisión de Moneda de la Cámara de Representantes en la década de 1980.
La idea ahora está siendo tenida en cuenta por los economistas. De acuerdo a un artículo del 29 de julio en Johnsville News titulado ‘El Truco de la Moneda: La Moneda del Billón de Dólares’:
La idea comenzó a tomarse en serio en los últimos días en tanto que el estancamiento de la deuda se ha vuelto más intenso y partidista. El profesor de derecho constitucional de Yale, Jack Balkinque, la planteó como una opción en un editorial abierto de CNN ayer (28 de julio).
Hoy, la idea se ha generalizado. Ha sido mencionada en NY Magazine, CNBC y The Economist. Incluso el premio Nobel de Economía Paul Krugman del New York Times ha entrado en la discusión. Annie Lowrey de Slate, la contempla como uno de los varios trucos que el Gobierno podría emplear para resolver la debacle del techo de la deuda. Krugman agregó:
«Estas cosas [como acuñar moneda] suenan ridículas —pero también lo es el comportamiento de los republicanos en el Congreso. ¿Así que por qué no replicar con trucos legales?»
El techo de la deuda en sí fue un truco legal, una forma de extorsión sobre la base de una ley centenaria en conflicto con la Constitución. Sin embargo, como dijo el artículo de Johnsville News, «acuñar moneda no es una estafa. Es legal […] Este plan parece que podría ser el as bajo la manga de Obama…».
El artículo cita a Warren Mosler, fundador de MMT (Teoría Monetaria Moderna por sus siglas en inglés), quien analizó la idea en una entrada de blog el 20 de enero, concluyendo que funcionaría operativamente.
Scott Fullwiler, profesor asociado de Economía en Wartburg College, también hizo un completo análisis y concluyó que la alternativa de la moneda del billón de dólares era poco probable que terminara en inflación. Comparándola con el plan de Ron Paul, escribió:
Esta opción es muy similar a la propuesta de Ron Paul —de hecho idéntica en cuanto al efecto sobre el techo de deuda y el Tesoro— salvo que su propuesta destruiría la totalidad del capital de la Fed (y más), lo que es un potencial problema político […] aunque no operacional y, por lo tanto, es muy poco probable que la Fed esté de acuerdo.
Sobre la cuestión de la inflación, sólo porque el Tesoro tiene dinero en su cuenta, no quiere decir que pueda gastar los fondos. Se necesita de la respectiva aprobación del Congreso. Para ponerle un límite a los gastos, el Congreso tiene que ser instruido en economía básica. Ellos pueden gastar en bienes y servicios hasta el pleno empleo sin crear inflación (ya que la oferta y la demanda aumentarían en conjunto). Después de eso, tendrían que fijar impuestos, no para financiar el presupuesto, sino para sacar el dinero sobrante y evitar una subida en los precios.
Gastando Más Mientras Se Pide Menos
En una recesión económica, el Gobierno tiene que gastar más, no menos, como lo demuestra la historia. Esto se puede hacer sin dejar de equilibrar el presupuesto, simplemente mediante la recuperación de la facultad constitucional del Gobierno para emitir moneda.
La crisis presupuestaria es artificial, y la presente ‘solución’ sólo garantizará una recesión más profunda y mayor sufrimiento generalizado. En lugar de obsesionarse con el déficit y la deuda, el Gobierno debe dirigir su atención al empleo, las ventas y la calidad de vida.
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Ellen Brown desarrolló sus habilidades de investigación como abogada litigante en derecho civil en Los Ángeles. En Telaraña de Deuda (Web of Debt), su último de once libros, aplica esas habilidades en el análisis de la Reserva Federal y el ‘conglomerado del dinero’. Muestra cómo este cartel privado ha usurpado el poder de crear dinero de manos de la gente, y cómo nosotros, la gente, podemos recuperarlo. Sus sitios web son www.telaranadedeuda.com, www.webofdebt.com y www.ellenbrown.com
Es columnista habitual de Truthout, Huffington Post, Yes!, Seeking Alpha yGlobal Research, y presidenta del Public Banking Institute (Instituto de la Banca Pública), publicbankinginstitute.org
Traducido por Andrés Celis.
Síganos en Twitter: @telaranadedeuda