Publicado el 2 de noviembre de 2013 por Ellen Brown
Los irlandeses tienen una larga historia de haber sido tiranizados, explotados y oprimidos, desde la conversión forzosa al cristianismo en la Edad Media, al comercio de esclavos de los nativos en los siglos XV y XVI, a la ‘gran hambruna’ de mediados del siglo XIX, que en realidad fue un holocausto. Los británicos tomaron las exportaciones de alimentos de Irlanda, mientras que al menos un millón de irlandeses murieron de hambre y enfermedades relacionadas, y otro millón o más emigró.
Hoy en día, Irlanda está bajo otro tipo de tiranía, una impuesta por los bancos y la troika: la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los opresores han exigido austeridad y más austeridad, obligando al público a pagar los platos rotos de las facturas creadas por banqueros privados derrochadores.
La tasa oficial de desempleo es del 13.5%, frente al 5% en 2006; y esta cifra no tiene en cuenta la emigración masiva de jóvenes irlandeses en busca de mejores oportunidades en el extranjero. La pérdida del empleo y una avalancha de ejecuciones hipotecarias están conduciendo a los suicidios. Una serie de nuevos impuestos y gravámenes se ha vendido como necesaria para reducir el déficit, pero son simplemente un rescate encubierto de los bancos.
Al principio, los irlandeses aceptaron la explicación de los medios: estas medidas draconianas eran necesarias para ‘equilibrar el presupuesto’, y velaban en sus mejores intereses. Pero luego de cinco años de apretarse el cinturón, en los que el desempleo y las condiciones de vida no han mejorado, la gente está despertando lentamente. Se están dando cuenta de que sus activos están siendo tomados simplemente para pagar por los errores del sector financiero.
Cinco años de austeridad no han restaurado la confianza en los bancos irlandeses. De hecho, los propios bancos están haciendo las maletas y yéndose. El 31 de octubre, RTE.ie informó que Danske Bank Ireland estaba cerrando su área de banca personal y de negocios, sólo unos días después de que ACCBank anunciara que devolvía su licencia bancaria, y que el futuro del Ulster Bank en el país siga siendo poco claro.
El campo es propicio para tener algunos bancos de propiedad pública. Bancos que tienen el mandato de servirle a la gente, entregarle las ganancias, y abstenerse de especular. Bancos garantizados por el Estado, ya que son el Estado, sin tener que recurrir a rescates o participaciones forzadas. Bancos que no se van a ninguna parte, ya que son de propiedad local, de la población misma.
La locura de absorber las pérdidas de las apuestas de los bancos
Irlanda fue el primer país europeo en ver a caer a la totalidad de su sistema bancario. A diferencia de los islandeses, que se negaron a rescatar a sus bancos en quiebra, en septiembre de 2008 el gobierno irlandés les dio una garantía total a todos los bancos irlandeses, que abarca todos sus préstamos, depósitos, bonos y otras obligaciones.
En ese momento, nadie estaba al tanto de la enorme escala de los pasivos de los bancos, o hasta qué punto el mercado inmobiliario irlandés caería.
En dos años, la garantía bancaria estatal había arruinado a Irlanda. Los mercados internacionales de dinero ya no le prestarían al gobierno irlandés.
Antes del rescate, el presupuesto irlandés tenía un superávit. En 2011, el déficit fue del 32% del PIB del país, el más alto, con mucho, en la zona euro. A ese nivel, las pérdidas bancarias tomarían cada centavo de los impuestos irlandeses por lo menos durante los próximos tres años.
«Esta deuda probablemente sería manejable», escribió Morgan Kelly, profesor de Economía en la Universidad de Dublín, «si el gobierno irlandés casualmente no se hubiera comprometido en absorber todas las pérdidas por apuestas de su sistema bancario».
Para evitar el colapso, el gobierno tuvo que inscribirse en un rescate por 85.000 millones de euros de la UE y el FMI, y entrar en un programa de cuatro años de austeridad económica, con seguimiento cada tres meses por un equipo de la UE/FMI enviado a Dublín.
Los activos públicos también se han puesto a subasta. Los activos actualmente bajo consideración, incluyen partes de las compañías de energía y gas de Irlanda, y su participación del 25% en la aerolínea Aer Lingus.
En algún momento, Irlanda pudo haber seguido el ejemplo de Islandia, y negarse a rescatar a sus tenedores de bonos o a ceder a las demandas de austeridad. Pero eso fue antes de que el gobierno irlandés utilizara el dinero del BCE para pagarles a los tenedores de bonos extranjeros de los bancos irlandeses. Ahora su deuda es con la troika, y la troika está apretando las tuercas. En septiembre de 2013, exigieron otra reducción de 3.100 millones de euros en el gasto.
Algunos ministros, sin embargo, se resisten a tales recortes que, según dicen, son políticamente imposibles de aplicar.
En The Irish Times del 31 de octubre de 2013, un ex funcionario del FMI advirtió que las medidas de austeridad impuestas a Irlanda eran contraproducentes. Ashoka Mody, el ex jefe de la misión del FMI en Irlanda, dijo que se había convertido en «ortodoxia que la única manera de establecer la credibilidad del mercado», era el aplicar políticas de austeridad. Sin embargo, cinco años de crisis y los dos últimos años de ausencia de crecimiento, necesitaban una ‘profunda reflexión’ sobre si este era el curso de acción correcto. Dijo que «no había una sola instancia histórica» en que las políticas de austeridad hubieran llevado a una salida de una pesada carga de deuda.
La austeridad no ha arreglado los problemas de deuda de Irlanda. Contradiciendo el panorama color de rosa pintado por los medios de comunicación, en septiembre de 2013, Antonio García Pascual, economista jefe para la zona euro en el Barclays Investment Bank, advirtió que Irlanda pronto podría necesitar un segundo rescate.
De acuerdo con John Spain, escribiendo en Irish Central en septiembre de 2013:
La ira entre los irlandeses del común sobre todo esto ha sido inmensa […] Ha habido mucha presión aquí en busca de respuestas […] ¿Por qué el contribuyente irlandés promedio es dejado llevando el peso de todas las deudas amontonadas por los bancos, promotores y especuladores? ¿Cómo es que nadie ha sido encarcelado por lo que pasó?[…] A pesar de toda la ira del público, no ha habido ninguna investigación pública sobre el desastre.
¿Rescate forzado con superimpuestos, o soberanía financiera?
En muchos sentidos, Irlanda es la zona cero para la apropiación de activos impulsada por la austeridad que ahora sacude al mundo. Todos los países de la eurozona están sumidos en deudas. El problema es sistémico.
En octubre de 2013, un informe del FMI analizaba equilibrar los libros contables de los gobiernos de la eurozona a través de un superimpuesto del 10% sobre todos los hogares de la zona del euro con la riqueza neta positiva. Eso significaría la confiscación del 10% del ahorro privado para alimentar al insaciable casino bancario.
Los autores dijeron que la propuesta era sólo teórica, pero que parecía ser «una solución eficiente» para el problema de la deuda. Para un grupo de 15 países europeos, la medida ubicaría la proporción de la deuda en niveles ‘aceptables’, es decir, comparable a los niveles previos a la crisis de 2008.
Un comentario publicado en Gold Silver Worlds, observó:
[El] informe de inmediato echa por tierra el mito de que los políticos y los principales medios de comunicación tratan de vender, es decir, que la crisis está contenida y las perspectivas económicas positivas para 2014. […]
Prepárese, la realidad es que más rescates forzosos, confiscaciones y represión financiera se acercan, lo contrario de lo que la propaganda de las buenas noticias trata de decir.
Una solución más sostenible fue propuesta por el doctor Fadhel Kaboub, Profesor Asistente de Economía en la Universidad Denison en Ohio. En una carta publicada en The Financial Times titulada ‘Lo que la zona euro necesita son finanzas funcionales’, escribió:
La obsesión de la zona euro con las ‘finanzas sanas’, es la causa fundamental de la crisis de deuda soberana de hoy. Las medidas de austeridad no sólo son incapaces de resolver el problema de la deuda soberana, sino también un gran obstáculo para el aumento de la demanda agregada en la zona euro. Las provisiones del Tratado de Maastricht de ‘no rescate, no salida y no moratoria’, esencialmente equivalen a un pacto de suicidio económico conjunto de los países de la eurozona. […]
Por desgracia, la posibilidad de una solución política rápida para modificar el Tratado de la UE es altamente improbable. Por lo tanto, el escenario más probable y menos doloroso para [los países insolventes] es una salida de la zona euro combinada con un incumplimiento parcial y la devaluación de un nueva moneda nacional…
La lección para no olvidar, es que la soberanía económica y la coordinación adecuada de las políticas entre las autoridades fiscales y monetarias, son los requisitos previos para la prosperidad económica.
Enfrentándose a Goliat
Irlanda podría solucionar sus problemas de presupuesto dejando la zona euro, repudiando su garantía bancaria como ‘odiosa’ (obtenida por fraude y por la fuerza), y emitiendo su propia moneda nacional. La moneda podría utilizarse para financiar la infraestructura y restaurar los servicios sociales, poniendo a los irlandeses a trabajar de nuevo.
Previamente a dejar la zona euro, Irlanda podría reducir su carga de intereses y extender el crédito local mediante la formación de bancos de propiedad pública en el modelo del Banco de Dakota del Norte. El recién formado Foro de la Banca Pública de Irlanda está buscando esa opción. En Gales, que también ha sido explotada por su carbón, la movilización por un banco público está siendo organizado por el Arian Cymru ‘Berw’ (Banca y Regeneración Económica de Gales).
El escritor irlandés Barry Fitzgerald, autor de Building Cities of Gold, lanza el desafío a su patria en términos arquetípicos:
Los irlandeses se están movilizando y están despertando. Mantienen el ADN de la memoria de tiempos muy antiguos, cuando todos los hombres y mujeres obedecían la regla de oro de honrarse a sí mismos, entre sí y al planeta. Ellos reconocen el valor de esta armonía en su relación con la banca. En un instante intuyen que la banca pública, libre de las sucias manos de la tiranía de la deuda usurera, es parte del orden natural.
En muchas formas, ellos podrían abrir el camino en este desarrollo, ya que su pequeño país es tan fácilmente atravesado para movilizar a las comunidades locales. Ellos poseen un gran potencial de generación de energía renovable y, de hecho simplemente podrían utilizar una combinación de banca pública y emisión de bonos respaldados por el pueblo para lograr la independencia energética en un tiempo muy corto.
Cuando el indomable espíritu irlandés es despertado, organizado y movilizado, el país podría convertirse en el epítome, no de la austeridad, sino de la prosperidad económica a través de la soberanía financiera.
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Lea más artículos aquí. Ellen Brown es abogada, presidenta del Public Banking Institute y autora de doce libros, incluyendo al best seller Telaraña de Deuda. En su libro más reciente, The Public Bank Solution, explora los modelos históricamente exitosos de la banca pública a nivel mundial.
Sus sitios web son http://telaranadedeuda.wordpress.com/, http://WebofDebt.com, http://PublicBankSolution.com y http://PublicBankingInstitute.org.
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Traducción por Andrés Celis.