Publicado originalmente el 16 de abril de 2011 por Ellen Brown.
Si el Gobierno de Gadafi cae, será interesante observar si el nuevo banco central se une al Banco de Pagos Internacionales (BPI), si la industria petrolera nacionalizada será vendida a los inversionistas, y si la educación y el servicio de salud seguirán siendo gratuitos.
Varios autores han señalado el hecho curioso de que los rebeldes libios se tomaron un receso de su rebelión de marzo para crear su propio banco central, esto antes de que siquiera tuvieran un Gobierno. Robert Wenzel escribió en el Economic Policy Journal: Nunca antes había oído hablar de un banco central que se creó en apenas cuestión de semanas tras un levantamiento popular. Esto sugiere que estamos frente a algo más que un montón de rebeldes harapientos yendo de un lado para el otro, y de que existen algunas influencias bastante sofisticadas. Alex Newman escribió en New American:
En un comunicado emitido la semana pasada, los rebeldes informaron de los resultados de una reunión celebrada el 19 de marzo. Entre otras cosas, los supuestos revolucionarios harapientos, anunciaron la «[d]esignación del Banco Central de Bengasi como autoridad monetaria competente en las políticas monetarias en Libia y el nombramiento de un director del Banco Central de Libia, con sede temporal en Bengasi».
Newman citó al editor senior de CNBC, John Carney, quien preguntó: «¿Es esta la primera vez que un grupo revolucionario ha creado un banco central mientras todavía está en medio de la lucha contra el poder político establecido? Sin duda, esto parece indicar lo extraordinariamente poderosos que se han convertido los banqueros centrales en nuestra época».Otra anomalía, consiste en la justificación oficial para tomar las armas contra Libia. Supuestamente, es por las violaciones a los derechos humanos, pero la evidencia es contradictoria. Según un artículo publicado en la página web de Fox News el 28 de febrero:
Mientras las Naciones Unidas trabajan febrilmente para condenar al líder libio Muammar al-Gaddafi por tomar enérgicas medidas contra los manifestantes, la mayoría del Consejo de Derechos Humanos está a punto de aprobar un informe repleto de elogios para el expediente de derechos humanos de Libia.
El informe elogia a Libia por mejorar las oportunidades educativas, hacer de los derechos humanos una ‘prioridad’ y mejorar su marco ‘constitucional’. Varios países, entre ellos Irán, Venezuela, Corea del Norte y Arabia Saudita, pero también Canadá, le dan a Libia calificaciones positivas por las protecciones legales que les ofrece a sus ciudadanos, quienes ahora se rebelan contra el régimen, enfrentándose a sangrientas represalias.
Más allá de lo que se diga de los crímenes personales de Gaddafi, el pueblo libio parece estar prosperando. Una delegación de profesionales de la medicina de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, escribió en una carta abierta al presidente ruso Dmitri Medvédev y al Primer Ministro Putin, que después de familiarizarse con la vida de Libia, su opinión era que en pocas naciones la gente vivía con tanto confort:
[Los] libios tienen derecho a tratamiento médico gratuito, y sus hospitales proporcionan lo mejor en equipamiento médico. La educación en Libia es gratuita, los jóvenes talentosos tiene la oportunidad de estudiar en el extranjero a expensas del Gobierno. Al casarse, las parejas jóvenes reciben 60.000 dinares (unos 50.000 dólares de EE.UU.) de ayuda financiera. Los préstamos estatales libres de interés, como la práctica lo demuestra, no tienen fecha de vencimiento. Debido a los subsidios del Gobierno, el precio de los automóviles es mucho menor que en Europa, y están al alcance de cada familia. La gasolina y el pan cuestan un centavo, no hay impuestos para aquellos que se dedican a la agricultura. El pueblo de Libia es tranquilo y pacífico, no se inclina hacia la bebida y es muy religioso.
Ellos sostienen que la comunidad internacional ha estado mal informada sobre la lucha contra el régimen. «Díganos», manifestaban: «¿quién no desearía tal régimen?»
Incluso si es sólo propaganda, al menos un logro muy popular del Gobierno de Libia no puede ser desconocido: llevó agua al desierto al construir el más grande y costoso proyecto de irrigación en la historia, el proyecto GMMR (Great Man-Made River) por 33.000 millones de dólares. Incluso por encima del petróleo, el agua es crucial para la vida en Libia. El GMMR provee al 70% de la población de agua potable y para el riego, bombeándola del enorme Sistema Acuífero Subterráneo Nubio de Arenisca en el sur, hasta las zonas costeras pobladas 4.000 kilómetros al norte. El Gobierno libio ha hecho algunas cosas bien por lo menos.
Otra explicación para el asalto a Libia es que es ‘todo por el petróleo’, pero esa teoría también es problemática. Como se señaló en el National Journal, el país produce sólo alrededor del 2% del petróleo del mundo. Arabia Saudita por sí sola, tiene la capacidad suficiente como para compensar cualquier pérdida en la producción si el petróleo libio desapareciera del mercado. Y si es todo por el petróleo, ¿por qué la prisa por crear un nuevo banco central?
Otro provocador dato circulando por la Red, es una entrevista de 2007 en Democracy Now al general (r) de los Estados Unidos, Wesley Clark. En esta, manifiesta que alrededor de diez días después del 11 de septiembre de 2001, le fue comunicado por un general que la decisión para ir a la guerra contra Iraq había sido tomada. Clark se sorprendió y preguntó por qué. «’¡No sé!», fue la respuesta.»¡Supongo que no saben qué más hacer!» Más tarde, el mismo general dijo que planeaban tomar siete países en cinco años: Iraq, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán.
¿Qué tienen en común estos siete países? En el contexto de la banca, lo que sobresale es que ninguno de ellos figura entre los 56 bancos miembros del Banco de Pagos Internacionales (BPI). Esto, evidentemente, los pone fuera del gran cuerpo regulatorio del ‘banco de los banqueros centrales’ localizado en Suiza.
Los más renegados del grupo podrían ser Libia e Iraq, los dos que efectivamente han sido atacados. Kenneth Schortgen Jr., escribiendo en Examiner.com, señaló que: «[s]eis meses antes de que los Estados Unidos se desplegaran en Iraq para derrocar a Saddam Hussein, el país petrolero había realizado la maniobra de aceptar euros en lugar de dólares por el petróleo, y esto se convirtió en una amenaza para la dominación global del dólar como moneda de reserva a través del petrodólar «.
Según un artículo ruso titulado “Bombing of Lybia – Punishment for Ghaddafi for His Attempt to Refuse US Dollar” (“El bombardeo de Libia – El castigo a Gadafi por su intento de rechazar el dólar estadounidense”), Gaddafi tomó una medida atrevida similar: inició un movimiento para rechazar el dólar y el euro, y pidió a las naciones árabes y africanas utilizar una nueva moneda a cambio: el dinar de oro. Gaddafi sugirió el establecimiento de un continente africano unido, con sus 200 millones de habitantes utilizando esta moneda única. Durante el pasado año, la idea fue aprobada por muchos países árabes y la mayoría de países africanos. Sus opositores sólo fueron la República de Sudáfrica y la cabeza de la Liga de Estados Árabes. La iniciativa fue vista negativamente por los Estados Unidos y la Unión Europea, con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, llamando a Libia una amenaza para la seguridad financiera de la humanidad; pero Gadafi no se dejó influenciar y continuó con su iniciativa para la creación de una África unida.
Y eso nos lleva de nuevo al rompecabezas del Banco Central de Libia. En un artículo publicado en el Market Oracle, Eric Encina observó:
Existe un hecho escasamente mencionado por los políticos occidentales y los expertos de los medios: el Banco Central de Libia, es 100% de propiedad estatal… En la actualidad, el gobierno libio crea su propio dinero, el dinar libio, a través de las oficinas de su propio banco central. Pocos pueden discutir que Libia es un país soberano con sus grandes recursos propios, capaz de sostener su propio destino económico. Un gran problema para los carteles de la banca global, es que para hacer negocios con Libia, deben pasar por el Banco Central de Libia y su moneda nacional, un lugar en donde tienen absolutamente ningún dominio o capacidad de intermediación. Por lo tanto, hacer a un lado al Banco Central de Libia (BCL), puede que no aparezca en los discursos de Obama, Cameron y Sarkozy, pero esto sin duda está a la cabeza de la agenda global para absorber a Libia en su grupo de las naciones que obedecen.
Libia no sólo tiene petróleo. Según el FMI, su banco central tiene alrededor de 144 toneladas deoro en sus bóvedas. Con esa clase de base de activos, ¿quién necesita al BPI, el FMI y sus reglas?
Todo lo cual lleva a una mirada más detallada a las normativas del BPI y su efecto en las economías locales. Un artículo en la página web del BPI, declara que los bancos centrales que hacen parte de esta entidad, se supone que tienen como objetivo único o principal: «preservar la estabilidad de los precios”. Deben mantenerse independientes de los gobiernos, para asegurarse de que las consideraciones políticas no interfieran con este mandato. La “estabilidad de los recios», significa el mantenimiento de una oferta monetaria estable, incluso si eso significa cargar a la gente con la pesada deuda externa. A los bancos centrales se les desincentiva de aumentar la oferta monetaria imprimiendo dinero y utilizándolo en beneficio del Estado, ya sea directamente o a través de préstamos.
En un artículode 2002 en el Asia Times, titulado “The BIS vs National Banks” («El BPI contra los Bancos Nacionales»), Henry Liu sostuvo:
Las normativas del BPI sirven al único propósito de fortalecer el sistema de banca privada internacional, incluso a riesgo de las economías nacionales. El BPI le hace a los sistemas bancarios nacionales, lo que el FMI le ha hecho a los regímenes monetarios nacionales. Las economías nacionales bajo la globalización financiera, ya no sirven a los intereses nacionales.
… La IED [inversión extranjera directa] denominada en monedas extranjeras, principalmente dólares, ha condenado a muchas economías nacionales a un desequilibrado desarrollo hacia la exportación, sólo para hacer los pagos de intereses denominados en dólares para la IED, con pocos beneficios netos para las economías nacionales.
Y añadió: «Al aplicar la Teoría Estatal del Dinero, cualquier Gobierno puede financiar con su propia moneda todas sus necesidades de desarrollo doméstico para mantener el pleno empleo sin inflación”. La «Teoría Estatal del Dinero», se refiere al dinero creado por los gobiernos en lugar de por los bancos privados.
La presunción de la norma que prohibe pedirle prestado al mismo banco central de propiedad del Gobierno, es que esto sería inflacionario, mientras que pedirle prestado el dinero existente a bancos extranjeros o al FMI, no lo sería. Pero en realidad, todos los bancos crean en sus libros contables el dinero que prestan, sean estos de propiedad pública o privada. La mayoría del dinero nuevo en la actualidad, proviene de los préstamos bancarios. Pedir prestado del banco central de propiedad del Gobierno, tiene la ventaja de que el préstamo es, en efecto, libre de interés. La eliminación del interés, ha demostrado reducirelcosto de los proyectos públicos en un promedio del 50%.
Y así parece ser cómo funciona el sistema libio. Según Wikipedia, las funciones del Banco Central de Libia, incluyen «la emisión y regulación de los billetes y monedas de Libia» y «la gestión y otorgamiento de todos los préstamos estatales”. El banco estatal, de completa propiedad libia, puede, y en efecto emite, la moneda nacional, y la presta para fines estatales.
Esto explicaría de donde obtiene Libia el dinero para proveer educación y atención médica gratuitas, y para otorgarle a cada joven pareja 50.000 dólares en préstamos estatales sin intereses. También explicaría donde encontró el país los 33.000 millones de dólares para construir el proyecto Great Man-Made River. Los libios están preocupados de que los ataques aéreos liderados por la OTAN, están llegando peligrosamente cerca de esta línea de suministro, amenazando con otro desastre humanitario.
Así que, ¿es esta nueva guerra, por el petróleo o por la banca? Tal vez ambos, y por el agua también. Con energía, agua, y el crédito suficiente para desarrollar la infraestructura para acceder a estas, una nación puede estar libre de las garras de los acreedores extranjeros. Y esa puede ser la verdadera amenaza de Libia: le puede mostrar al mundo lo que es posible. La mayoría de los países no tienen petróleo, pero nuevas tecnologías están siendo desarrolladas, las cuales podrían hacer a los países no productores de petróleo, independientes en lo que a energía se refiere; sobre todo si los costos de infraestructura se reducen a la mitad con préstamos del propio banco de la nación de propiedad pública. La independencia energética, liberaría a los gobiernos de la red de los banqueros internacionales, y de la necesidad de trasladar la producción, de los mercados nacionales a los mercados extranjeros con el fin de pagar los préstamos.
Si el Gobierno de Gadafi cae, será interesante observar si el nuevo banco central se une al Banco de Pagos Internacionales (BPI), si la industria petrolera nacionalizada será vendida a los inversionistas, y si la educación y el servicio de salud seguirán siendo gratuitos.
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Ellen Brown es abogada y presidenta del Public Banking Institute (Instituto de la Banca Pública), http://publicbankinginstitute.org/. En Web of Debt (Telaraña de Deuda), el último de once libros, explica cómo un cartel privado ha usurpado el poder de crear dinero de manos de la gente misma, y cómo esta puede recuperarlo. Sus páginas web son http://telaranadedeuda.com/, http://www.webofdebt.com/ y http://ellenbrown.com/. Traducido por Andrés Celis.