El escenario nacional

Pretendo en este blog (luego de indagar aquí y allá), y como continuación de la anterior entrada  https://tinyurl.com/ybb4jocf mostrar lo que se ha hecho en Colombia frente al SARS-CoV-2, virus que ocasiona la enfermedad del COVID-19, mientras medio mundo hoy está inmerso en la pandemia provocada por el virus.

La experiencia internacional le está demostrando a Colombia que para manejar adecuadamente la fase de mitigación de la enfermedad es indispensable abordar cinco aspectos: a) desarrollo, fortalecimiento y mejora de las capacidades diagnosticas nacionales; b) creación de una infraestructura física de laboratorios de diagnóstico; c) suministro adecuado y oportuno de reactivos e instrumental para desarrollar las pruebas; d) consecución de recursos económicos; e) el desarrollo de una capacidad local de ciencia, tecnología e innovación para manejar las etapas posteriores al COVID-19.

Respecto a las pruebas diagnósticas debe mencionarse que están pueden ser de tres tipos: moleculares o PCR (Polimerase Chain Reaction, por sus siglas en inglés), pruebas serológicas comúnmente conocidas como pruebas rápidas y pruebas de antígenos.

Los diagnósticos moleculares tipo PCR miden las cargas virales y se caracterizan por su alta fiabilidad cercana al 90% pero tienen el inconveniente de un tiempo de proceso largo (4 horas aproximadamente).

Los test serológicos miden los anticuerpos contra el virus y permiten determinar quién ha sido expuesto al virus y en teoría quien tendría cierta ‘inmunidad’, su tiempo de proceso es más corto (10-20 minutos) y su fiabilidad es alta, aunque no se acerca a la de los test moleculares (PCR).

Las pruebas de antígenos detectan las proteínas del virus; estas también son pruebas de corta duración, no necesitan equipos sofisticados, ni personal muy calificado, son en algunos casos menos costosas, pero su sensibilidad puede variar entre el 30 y el 80% por lo que no son muy recomendadas a nivel internacional. Algunos clasifican las pruebas de antígenos como ‘pruebas rápidas’.

El nuestro país el Instituto Nacional de Salud (INS) https://www.ins.gov.co cuenta con capacidad de hacer 1.600 pruebas diagnósticas diarias, mientras que el Gobierno nacional espera ampliar su capacidad hasta un máximo de 17.000 diarias, de modo tal que pueda superarse el número de pruebas por millón de habitantes (hoy 209 por millón).

Países como Corea del Sur realizan 7.566 diagnósticos por millón de habitantes, España 7.593, Italia 7.104, Alemania 4.161, Estados Unidos 2.032 y Francia 1.548.

Respecto a la infraestructura física hay buenas noticias para el país, pues el Gobierno habilitó 21 laboratorios públicos y privados para toma de muestras diagnósticas (con una proyección estimada de 60 laboratorios a nivel nacional).

En el suministro adecuado y oportuno de reactivos e instrumental vale la pena mencionar que el país depende casi en su totalidad de reactivos e instrumental importados. Antes de la pandemia se podían comprar 100 sistemas de diagnóstico (kits) recién desarrollados de diagnóstico molecular o PCR para SARS-CoV-2 por cerca de 200 dólares, hoy estos costos son significativamente superiores dado el volumen de compra que cada país debe adquirir para mejorar su capacidad de análisis.

Así como los reactivos son importantes no menos importantes y cruciales son los equipos que lo acompañan y el software con el cual trabajan estos equipos. Se vende todo un paquete tecnológico para garantizar la fiabilidad del resultado.

Vale la pena recordar que en el pasado algunos laboratorios nacionales tuvieron la capacidad de desarrollar el reactivo estrella de la prueba molecular de PCR, la Taq Polimerasa (Corpogen y el CIAT). ¿Existen aún estas capacidades?

Los recursos, que contribuirán a mejorar la capacidad diagnóstica, totalizan $69.193 millones discriminados así: $3.548 millones donados por la empresa Alpina a la Universidad del Rosario para dotar un laboratorio con fines de diagnóstico; $ 5.645 millones para cinco (5) proyectos de cuatro universidades (U del Bosque, EAFIT, Javeriana y UIS) en la línea de Sistemas de Diagnóstico Rápido para la Infección por SARS-CoV-2, en el marco de una iniciativa muy bien liderada por el Ministerio de Ciencias, en la Convocatoria ‘Solución de problemas actuales de salud relacionadas con la pandemia’.

Otros $60.000 millones, provenientes de la donación de la Fundación Julio Mario Santodomingo, destinados específicamente al área de prevención, contaminación y diagnóstico (de una donación total de $100.000 millones).

Por aparte puede contarse la compra conjunta de ventiladores y 300.000 sistemas de diagnóstico (kits) provenientes de la donación de la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo (un total de $80.000 millones).

Con estos recursos, la capacidad local diagnóstica comienza a fortalecerse y se espera que los 25 proyectos aprobados en Minciencias en las cinco áreas del COVID-19, por valor total de $25.500 millones (incluyendo el área de diagnóstico), obtengan resultados concretos y aplicables en el corto y mediano plazo a las necesidades del país.

Frente al desarrollo de una capacidad local de ciencia, tecnología e innovación es necesario resaltar tres aspectos centrales: primero: el país debe avanzar hacia las pruebas diagnósticas del tipo serológico porque son las que en la fase ‘Pos-COVID-19’ permitirán conocer (desde el punto de vista epidemiológico) el nivel de exposición y la extensión del virus.

En segundo lugar, también en temas de diagnóstico, es necesario avanzar hacia pruebas de segunda generación como los diagnósticos nanotecnológicos, que son biosensores con un microchip de alta sensibilidad, en los cuales los antígenos virales inmovilizados reaccionan con las muestras del virus SARS-CoV-2 y cambian las propiedades de la luz, situación que ya parece estar poniéndose en práctica con los proyectos de nanobiosensores portátiles de la Pontificia Universidad Javeriana (sede Cali) y los nanobiosensores de la Universidad de Antioquia (UdeA), aprobados en la pasada convocatoria de Minciencias.

En un tercer aspecto, son prioritarios los proyectos que el país pueda desarrollar, validar y aplicar en los temas de identificación de las variantes del genoma del virus (U. del Rosario) y la aplicación de inteligencia artificial para la detección de neumonía (EAFIT) (de la convocatoria de Minciencias) y los desarrollos que se ejecutan en la identificación del genoma del virus SARS-CoV-2 por parte del Grupo de Virología de la Unidad de Secuenciación y Genómica del Instituto Nacional de Salud (INS).

Respecto a tratamientos para la COVID-19 en Colombia el Ministerio de Salud, con el aval de la Sociedad Colombiana de Infectología, dejó a disposición de los médicos y en el marco de su autonomía, la posibilidad hospitalaria de manejar durante la contingencia la Cloroquina e Hidroxicloroquina y recomendó una juiciosa evaluación de riesgo-beneficio en el uso concomitante con antibióticos.

Los fármacos anotados se emplean para el tratamiento de la malaria y han mostrado algunos efectos positivos en el manejo de la patología, aunque a nivel internacional ya se reportan algunos efectos del medicamento a nivel cardíaco.

Por último, destaco que en el área de desarrollo local de vacunas el país no cuenta con una infraestructura sólida y desarrollada que permita ser competitivo a nivel internacional para obtener una vacuna comercial contra el virus SARS-CoV-2.

Nos quedan como enseñanzas:

  1. La ciencia, la tecnología y la innovación especialmente en áreas de bioeconomía, biomedicina y biotecnología aplicadas a la salud humana son la única herramienta válida para encontrar un tratamiento o una cura a la pandemia de la COVID-19.
  2. Cuando de salvar a la humanidad se trata, sí es posible trabajar en esquemas de investigación científica internacional con datos abiertos, cooperación de todos los países y con recursos suficientes.
  3. En Colombia, el sector privado está viendo en la bioeconomía, la biomedicina y la biotecnología una manera sabia y socialmente responsable de invertir sus recursos con el más alto impacto social y económico; verbigracia Alpina, Fundación Julio Mario Santo Domingo y Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo, entre otros.
  4. Esta ocasión es la más clara y fehaciente muestra para el Gobierno nacional que desarrollar un plan serio y coherente e invertir en bioeconomía, biomedicina y biotecnología garantiza a la sociedad el más alto impacto económico y social.

En suma: DE ESTA SOLO SALIMOS: ¡¡¡CON CIENCIA Y CON CONCIENCIA INDIVIDUAL Y COLECTIVA!!! (¡¡CONFINAMIENTO Y DISTANCIAMIENTO) SOCIAL!!

Notas:

La grafía recomendada para el nombre abreviado de la enfermedad por coronavirus es COVID-19, con mayúsculas, ya que se trata de la sigla inglesa de coronavirus disease, ‘enfermedad del coronavirus’.

El Comité Internacional de Taxonomía (https://talk.ictvonline.org/) denominó al virus que ocasiona la enfermedad como SARS-CoV-2.

Agradecimientos a https://www.fundeu.es/ y al médico cirujano Efraím Meneses G. por las aclaraciones sobre la terminología y los conceptos.