Sigue otra entrega sobre este tema, resultado de un diálogo extenso y productivo con Hugo Chavarría Miranda, gerente del Programa Hemisférico de Bioeconomía y Desarrollo Productivo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en la sede central, en Costa Rica.
¿Cómo ve el IICA la implementación de la agricultura 4.0 en la región en el marco de una estrategia regional y/o nacional de bioeconomía?
La agricultura inteligente (por el uso intensivo y responsable de las nuevas tecnologías) permite enfrentar los grandes retos que la humanidad le plantea a los sistemas agroalimentarios, pues el conocimiento y las nuevas tecnologías (especialmente digitales) son pilar indispensable para alcanzar sistemas agroalimentarios más productivos, sostenibles e inclusivos.
Estos beneficios de base se expresan de múltiples maneras, entre otras:
• Disponer de materiales vegetales y animales con mayor potencial de producción, mayor eficiencia de uso de recursos, tolerancia a tipos de estrés ambiental (sequía, inundaciones), resistencia a plagas y enfermedades, etcétera.
Sin duda, esto contribuye a disminuir las grandes brechas de rendimientos todavía presentes en la región, pues se observan casos de hasta el 50% o más entre los alcanzados y los potenciales.
Para la agricultura digital hoy están disponibles otras herramientas como geolocalización, sensores remotos, Big Data, drones y muchas otros más.
Particularmente, los sistemas ‘tracker’ de los tractores agrícolas son la herramienta básica para el mapeo de las áreas de cultivo, información que permite la toma decisiones no solo para determinar las densidades de siembra por sitio específico, sino también otras sobre resiembras, aplicación de fertilizantes y plaguicidas y cálculos de los volúmenes que se cosecharán.
• Utilizar muy eficientemente los recursos como agua, nutrientes o fitosanitarios. La agricultura digital, a través de la combinación de sensores, actuadores y aplicaciones informáticas, permiten un uso con máxima precisión en el tiempo y el espacio de estos recursos (manejo de cultivos y suelos metro a metro y minuto a minuto).
Así, por ejemplo, el riego de precisión genera ahorros de agua de hasta 60% o las pulverizaciones de precisión ahorros de fitosanitarios de hasta 80 o 90%. Como ejemplo, pueden manejarse los cultivos o las explotaciones pecuarias con el mismo cuidado con que se atienden las flores del balcón o las mascotas.
• Maximizar la comunicación entre los agricultores y los actores de una cadena de valor. Las tecnologías digitales potencian la posibilidad de compartir experiencias, recibir asistencia técnica, contribuyendo a que se tomen decisiones más educadas y acertadas; a su vez, se facilitan los procesos cooperativos o de integración a las cadenas de valor.
El comercio digital abre una la posibilidad para las ventas sin intermediarios y sin límites territoriales, ofreciendo oportunidades a los agricultores como mejores precios, transparencia en las negociaciones, generándose una retroalimentación entre consumidores y productores.
Hay herramientas que van más allá, como el comercio digital agrícola a través de transacciones en línea, participación en mercados futuros de granos y subastas, así como operaciones financieras que permiten la venta de las cosechas mientras los cultivos están en sus etapas de desarrollo, entre muchas otras.
• Utilizar más eficientemente los procesos y recursos biológicos de la producción agrícola, pecuaria o forestal para producir bioproductos o biomateriales que sirvan de insumo para otras actividades o cadenas de valor, como bioenergías (etanol, biodiésel), biopolímeros, enzimas, ácidos orgánicos, colorantes, entre otros, contribuyendo con la reducción de los Gases de Efecto Invernadero (GEI).
• Incrementar la eficiencia y la sostenibilidad ambiental de la agricultura a través de la reducción de pérdidas de alimentos (las cuales pueden alcanzar en la región hasta 127 millones de toneladas anuales) o el aprovechamiento de la biomasa residual, la cual en la región llega a representar hasta el 20% del arroz, el 12% del peso en pie de los bovinos, el 70% del peso de la leche, el 70% – 80 % del grano de café, el 66 % de la caña de azúcar, el 50% de los cítricos, el 40% de la piña, entre otros.
Vale la pena hacer una aclaración final para entender mejor lo expresado por el entrevistado:
Entre las nuevas tecnologías digitales están el internet de las cosas, la inteligencia artificial, la realidad aumentada, machine learning y blockchain, las elegidas a la hora de mejorar los procesos e impulsar la innovación.
Las anotadas, permiten una mayor eficiencia (y con eso menores impactos), disminuyendo asimetrías de información y reduciendo costos transaccionales.
Les recomiendo estas lecturas:
Sobre machine learning:
https://www.agrointeligencia.com/machine-learning-en-agricultura/
Uso de Blockchain en agricultura
https://www.agronet.gov.co/Noticias/Paginas/El-uso-de-la-Blockchain-para-el-sector-agr%C3%ADcola–Caso-Latinoam%C3%A9rica.aspx
Una explicación de qué es Blockchain
https://www.welivesecurity.com/la-es/2018/09/04/blockchain-que-es-como-funciona-y-como-se-esta-usando-en-el-mercado/