‘La Niña’ está presente. Las temperaturas de la superficie del mar ecuatorial (TSM) están por debajo del promedio en la mayor parte del océano Pacífico. La atmósfera del Pacífico tropical es consistente con La Niña y se favorece que el fenómeno continúe durante el último trimestre del año (91 % de probabilidad), disminuyendo al 54 % de probabilidad en enero de marzo de 2023.

Este, el resumen del último informe del Centro de Predicción Climática (CPC) de la agencia climática de EE.UU. (NOAA) que ratifica que los países con costas en el océano Pacífico han padecido los efectos del fenómeno de ‘La Niña’ durante 22 meses, desde agosto del 2020, con una leve pausa de dos meses, entre junio y julio del 2021.

Durante el último mes analizado por la NOAA (agosto) a las aguas del océano pacífico, la entidad climática reporta anomalías en todos los factores que inciden a que se presente o no el fenómeno: bajas temperaturas de la superficie y en la subsuperficie del mar (por debajo de 27 grados Celsius), así como en las corrientes de vientos que van de oriente a occidente y viceversa.

Todas las mediciones se ejecutan por medio del Programa Global Drifter, de la NOAA, con instrumentos (boyas de datos) que contienen sensores que miden parámetros, como la temperatura de la superficie del mar y la salinidad, entre otros.

Así las cosas, el fenómeno climático (en cuanto a tiempos se refiere) lleva 22 meses, la misma duración del sucedido entre junio del 2010 y abril del 2012, aunque las consecuencias no han sido tan devastadoras como hace una década.

Ahora, éste no es un parte de tranquilidad, pues las expectativas no son las mejores frente a los posibles desastres que pueda ocasionar el fenómeno. «La mayoría de los modelos climáticos encuestados indican que este evento de La Niña puede alcanzar su punto máximo durante la primavera o principios del verano (en el hemisferio sur) y regresar a condiciones neutrales a principios de 2023», dice el último reporte enviado por el Bureau de Meteorología de Australia.

Por último, para el caso puntual de Colombia se tiene que en este momento está siendo afectada por la Zona de Confluencia Intertropical, una banda de nubes ‘cargadas de agua’ que entre septiembre y noviembre se mueve de norte a sur (entre los trópicos), trayendo lluvias a todo el país.

“La Niña se refiere al enfriamiento a gran escala de las temperaturas de la superficie del océano en el océano Pacífico ecuatorial central y oriental, junto con cambios en la circulación atmosférica tropical, a saber, vientos, presión y precipitaciones. Por lo general, tiene los impactos opuestos en el tiempo y el clima que ‘El Niño’, que es la fase cálida de la llamada Oscilación del Sur de El Niño (ENOS), definición que da la Organización Meteorológica Mundial (OMM), de las Naciones Unidas.

Por todo lo anterior, solo resta armarse de buena ropa, botas de caucho, sombrilla y abrigo para pasar estos tres meses de temporada invernal; igualmente, las autoridades locales deberán revisar las actividades que deben ejecutarse una vez se activen los planes de contingencia. Quizás las consecuencias sean más o menos intensos que en otros fenómenos de ‘La Niña’ o temporadas invernales ya sucedidas, pero hay que prepararse.