El gobierno se encuentra por estos días muy concentrado desplegando múltiples esfuerzos para conseguir la firma de nuevos tratados comerciales con otros países, como es el caso de Japón y Corea de Sur, los cuales se suman a la lista de los ya conocidos, Canadá, Europa y Estados Unidos.  

Todos estos nuevos socios comerciales son naciones con economías más fuertes y desarrolladas que la nuestra, lo cual nos genera un gran potencial de negocios, pero también nos coloca en una situación competitiva desfavorable.

Antes de cualquier otro TLC, es urgente que tanto gobierno como empresarios, trabajen en pro de mejorar el actual nivel de competitividad. El estado está en la obligación de brindar un ambiente propicio para la consolidación de nuevos negocios, por lo que se encuentra en mora de mejorar la infraestructura vial, férrea y portuaria.

La situación de seguridad se ha venido deteriorando, no solo para los empresarios del sector de la minería e hidrocarburos, sino para el común de la población. Los noticieros se han convertido en series de terror. Toda esta información llega a la comunidad internacional, deteriora nuestra imagen, incrementa el riesgo de inversión y afecta negativamente nuestro desarrollo económico. El Estado debe fortalecer los esquemas de seguridad, para así propiciar la inversión nacional y extranjera.

Es importante también que el gobierno estructure una política de incentivos tributarios, que favorezca las actuales necesidades de inversión de los empresarios. Debe también irrigar más créditos de fomento con líneas dirigidas al desarrollo de nuevos proyectos y concertar con el sector financiero mecanismos que garanticen a los usuarios finales condiciones favorables en términos de plazo, tasa, periodo de gracia y forma de acceso.

La responsabilidad de los empresarios no es menos importante. Aprovechando las bajas tasas de interés, deben invertir de manera inmediata en tecnología, proyectos de reconversión industrial y programas, que se traduzcan en un mejoramiento de su productividad y del nivel de preparación de su recurso humano.

Actualmente existen compañías multinacionales con deseos de comprar empresas colombianas. Este puede ser un momento interesante para analizar y estructurar adecuadamente una posible venta. Hay que adoptar una mente abierta en este sentido y sobre todo entender, que si se descarta la posibilidad de vender bien ahora mi empresa, quizás en el largo plazo, ese competidor internacional termine deteriorando el valor de mi organización.

 

Hermann Stangl

Consultor Financiero Empresarial

www.stangl.com.co