Este mundial ha sido por muchos años el sueño esperado de millones de colombianos. Sueño que mueve emociones y pasiones, y también cifras millonarias, no solo al interior del fútbol, sino en toda la economía.

 

Después de la clasificación de Colombia, se registró un importante repunte en las ventas de sistemas de audio y video para ver los diferentes partidos mundialistas, beneficiando el comercio de este tipo de artículos. Igualmente se incrementaron las ventas de planes de diversos servicios especializados de televisión y también las ventas de planes turísticos hacia Brasil.

 

Gran parte de estos gastos se financiaron con créditos de consumo, lo que favoreció también al sector financiero. El “efecto entusiasmo” generó un clima de alegría y positivismo, propiciando un ambiente consumista que ha logrado beneficiar la economía de manera leve y fugaz.

 

Las esquinas se han convertido en los mayores empleadores de la ciudad. La economía informal se está beneficiando con las ventas de una serie de artículos como camisetas, gorras, gafas, pitos, cornetas, espumas y hasta disfraces. Los cuales por cierto, día a día se valorizan, en la medida en que avanzan las fechas y las horas para los diferentes partidos.  

 

Se esperaba también un incremento muy importante en las ventas de licores, cervezas, diversión y alimentos. Pero desafortunadamente, como consecuencia de los desmanes y barbaries que terminaron incluso en absurdas muertes, una vez terminado el primer partido en el cual jugó Colombia, las autoridades se vieron en la obligación de implantar la ley seca.

 

Esta impopular pero necesaria medida, no solo ha afectado el sector relacionado con la producción y comercialización de licores, sino también el sector de la salud, quien se beneficia con el impuesto al tabaco y al licor. También se han afectado un gran número de establecimientos que hicieron importantes inversiones para sacarle provecho económico al mundial de fútbol.

 

64 partidos, 25 días de competición, 4 días en los cuales ha jugado nuestra selección y el ingreso ahora a los cuartos de final, suman festivos adicionales a los ya existentes en nuestro país. Colombia cuenta con18 festivos. El impacto de un festivo, en términos de mayores costos directos y de ventas no facturadas es enorme. Pero está demostrado que la salud física y emocional genera riqueza. Un sano equilibrio entre vida personal y laboral puede mejorar la productividad.

 

Muchas compañías afirman que una planta con unos colaboradores sanos y contentos es más productiva, lo cual repercute directamente sobre la rentabilidad de la compañía y por supuesto sobre la economía.

 

Hermann Stangl
Experto en Valoración de Empresas
www.stangl.com.co