La Junta del Banco de la República, en su segunda reunión de 2012, decidió nuevamente aumentar en 25 puntos básicos la tasa de interés de referencia. En lo corrido de este año, esta tasa pasó de 4,75% a 5,25%, y es muy probable que veamos un par de ligeros incrementos adicionales en los próximos meses.
Si se analiza la situación a corto plazo, la intervención para aumentar forzosamente la tasa de interés, todos los detractores de estas impopulares medidas tendrían absoluta razón. Pero es importante adoptar una visión de largo plazo y entender que el objetivo del Banco de la República es propender por lograr y mantener unas tasas de inflación coherentes con la situación macroeconómica, que se traduzcan en un crecimiento sostenible y de largo plazo del PIB y del empleo.
Cuando la economía de un país crece, se genera obviamente más capacidad de compra y existe mayor confianza por parte de los consumidores. Estos aumentan entonces su demanda, no solo haciendo uso de sus ingresos reales, sino también utilizando el crédito. Esta dinámica funciona bien mientras el ciclo económico presente un crecimiento moderado y sostenible, de lo contrario el sistema se recalienta y se generan burbujas económicas con consecuencias funestas en el largo plazo. Un ejemplo reciente fue la crisis hipotecaria de los Estados Unidos, que desencadenó en unas complejas dificultades de su sistema financiero, situación de la cual no se han podido aun reponer.
Colombia ha presentado durante los últimos años crecimientos económicos bastante favorables. El consumo de los hogares ha aumentando y por consiguiente sus deudas también. Pero el sombrío futuro a corto y mediano plazo de la economía europea y el complejo estado aun de la norteamericana, hacen prever que la demanda externa mundial se desacelere. Además, las tensiones políticas en el medio oriente podrían hacer que el precio del petróleo se incrementara aun más, afectándose el crecimiento económico global.
Hace más de una década, fuimos testigos del desproporcionado nivel de precios de la propiedad raíz y posteriormente, de los estragos de la crisis del UPAC y todas sus repercusiones. Preocupa ver hoy los exagerados incrementos en los precios de los inmuebles en ciudades como Bogotá y Villavicencio por ejemplo. Por lo tanto, debemos tomar conciencia de los riesgos de un recalentamiento de nuestra economía y entender que estas incomodas medidas sirven para evitar posibles burbujas económicas.
Hermann Stangl
Consultor Financiero Empresarial
Valoración de Empresas y Marcas
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