La naturaleza nos está pasando una costosa cuenta de cobro por la falta de planificación y gestión sobre todos los aspectos relacionados con la protección del medio ambiente. La mayor crisis invernal de la historia, que sufre por estos días nuestro país, tiene sumergidas bajo espejos de agua a más de un millón de hectáreas de tierra, equivalente al tamaño completo del departamento de Sucre.
Sin hablar del drama de la gran cantidad de personas que han perdido sus vidas, viviendas y todos sus enseres como consecuencia de las crecidas de los ríos, avalanchas y derrumbes, las pérdidas directas para la economía colombiana son incalculables. Están básicamente representadas en los daños sufridos a los sectores de la agricultura, ganadería, pesca, turismo, recreación, transporte, seguridad, educación y demás actividades empresariales sensibles a los factores climáticos.
Los pronósticos dicen que esta ola invernal durará hasta mediados del presente año, lo cual hace pensar que los efectos negativos del invierno serán mayores y trascenderán a toda la economía. Ya se están registrando importantes alzas en los precios de muchos alimentos, que afectan el “bolsillo” de todos los colombianos. Seguramente esta situación se agudizará en los próximos meses, trayendo como consecuencia el aumento de la inflación, cuya relación es directa con la tasa de interés. Este fenómeno invernal terminará propiciando más el esperado incremento de los intereses por parte de la junta del Banco de la República.
El costo de capital de todas las compañías colombianas subirá ligeramente por motivo del aumento de las tasas del mercado. La consecuencia inexorable será la pérdida relativa del valor de las empresas, sin importar que éstas hayan sido o no, afectadas directas de las inclemencias de este devastador invierno.
Es lógico también esperar un impacto perjudicial sobre el PIB y los niveles de competitividad del país, los cuales se afectaran negativamente gracias a los cuantiosos daños sufridos en la infraestructura.
El déficit fiscal también se lesionará, debido a que el gobierno destinará una partida de 4,5 billones de pesos para este año y otra de 2,2 billones para el 2012, orientadas a la reconstrucción de carreteras, colegios, hospitales, albergues, mercados, obras civiles y subsidios para los damnificados. Igualmente tendrá que facilitar la reestructuración de créditos con líneas especiales de fomento dirigidas a las empresas y personas perjudicadas.
Hermann Stangl
Consultor Empresarial Financiero