La Reforma Tributaria recién radicada en el Congreso de la República, pretende recaudar 23 billones de pesos, que serán destinados en gran medida a fortalecer y financiar los programas de asistencia social del gobierno.

No deseo referirme solo sobre lo inoportuno que me parece esta reforma, sobre todo en estos momentos tan complejos para las MIPYMES colombianas de todos los sectores económicos, que representan alrededor del 95% de nuestro empresariado y generan más del 80% de los empleos de nuestro país.

Para reactivar la economía se requiere mantener las fuentes de empleo, para así mantener la demanda agregada, que es la que finalmente jalona la economía.

Las consecuencias financieras para los empresarios, asfixiados ya con tantos impuestos, seguro serán nefastas y se traducirán finalmente en un mayor desempleo, lo cual inexorablemente terminará restringiendo nuestra capacidad de compra y frenando aún más el dinamismo de nuestra economía.

Además, si se gravan los estratos medios, que son los responsables en mayor proporción de esta demanda, estaremos sin lugar a dudas, desestimulando el mercado y afectando negativamente nuestra posibilidad de reactivación económica.

Sobre el aspecto que realmente deseo referirme no tienen nada que ver con las obvias y negativas consecuencias económicas de esta inoportuna Reforma Tributaria. Apartándonos de lo económico y pensando desde lo humano y lo social, creo que es más constructivo y sostenible en el largo plazo para una sociedad, recibir un salario como consecuencia de un trabajo, a recibir un subsidio como consecuencia de una característica.

Cualquier Reforma Tributaria debe entender que el trabajo dignifica al hombre, y que un salario justo es para la gran mayoría de la población, la forma sostenible y demostrada de pagar el costo de vivir.

Hermann Stangl
Fusiones, Adquisiciones & Valoraciones
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