Si soñamos  que nuestros hijos conozcan el verdadero significado de la palabra “paz”, no por referencias, sino por sus propias vivencias, requerimos construir con urgencia una sociedad donde no reine el hambre y la miseria. Un ser humano que no tiene segura la comida de sus hijos para el día siguiente, no puede estar en paz consigo mismo, ni con nadie.

 

El bienestar de la sociedad colombiana no lo vamos a lograr en la Habana, invirtiendo descomunales recursos y esfuerzos en un circo de nunca acabar, que además ofende a cualquier persona con el mas mínimo nivel, ni siquiera de inteligencia, sino tan solo de sentido común.

 

Alcanzaremos un verdadero bienestar económico, cuando todas las familias logren satisfacer sus necesidades esenciales, tales como una vivienda digna, salud, alimentación balanceada, recreación, transporte, seguridad y por supuesto, educación.

 

Para lograrlo requerimos de fuentes de empleo y de empresas viables y sostenibles, que brinden a sus colaboradores la posibilidad de percibir los recursos económicos necesarios para satisfacer las necesidades de sus familias.

 

Necesitamos gobiernos que no den cabida a hablar de “mermeladas”, menos burocráticos y realmente comprometidos con la inversión social.  

Requerimos de empresarios que construyan sus organizaciones sobre los pilares de la ética, que sean competitivos, innovadores y con visión de largo plazo.

 

La tan anhelada paz solo la vivirán nuestras futuras generaciones, en la medida en que recuperemos los valores éticos a todo nivel.

 

Hermann Stangl

Valoración de Empresas

www.stangl.com.co