Es cierto que la economía norteamericana reaccionó positivamente frente a la gran crisis financiera que se originó hace un par de años, debido a la expansión artificial del crédito. Pero los resultados finales no son aún los esperados. El alto nivel de endeudamiento que maneja actualmente el país del norte, sumado a su gran déficit fiscal, puede colocar nuevamente en jaque a la economía mundial.
La actual discusión entre el presidente Obama y el partido Republicano, frente al hecho de permitir elevar el tope de endeudamiento, deja entrever de manera muy clara, la vital importancia de lograr un acuerdo que evite que Estados Unidos se declare en moratoria de pago de sus obligaciones. Esto traería unas consecuencias funestas para la economía global y sobre todo las de los países latinoamericanos.
Los bonos del tesoro norteamericanos han sido históricamente los más apetecidos por contar con un riesgo cero. De hecho, son el punto de referencia para establecer la tasa libre de riesgo. Si se llegara a generar algún incumplimiento en sus pagos, se podría producir una crisis de confianza de tal magnitud, que recaería sobre cualquier título sin importar el país emisor.
Además, el dólar es la moneda de reserva y referencia del mundo. Si éste pierde su poder, las otras monedas se revaluarían, trayendo consigo todas las consecuencias negativas sobre el comercio, las cuales por cierto, estamos sufriendo los colombianos con la actual revaluación del peso. El paso siguiente a una mayor devaluación del dólar, sería un aumento de la inflación en los Estados Unidos, que elevaría la tasa de interés y terminaría incrementando la deuda externa de nuestros países.
Gastar más de lo que ingresa durante mucho tiempo, sencillamente no es viable para nadie, bien sea persona, familia, empresa o país. Por lo tanto, independientemente de elevar o no el techo de la deuda fiscal, el gobierno norteamericano está en la imperiosa obligación de “apretarse fuertemente el cinturón” para reducir su déficit fiscal. Incluso creo que se verá en la obligación de recortar gastos en programas sociales, como por ejemplo salud y educación, con lo que desafortunadamente se afectarían las clases menos favorecidas. Todo este complejo y empobrecido clima económico, podría propiciar nuevamente una recesión en USA, perjudicando las exportaciones hacia dicho país y generando un efecto dominó sobre la economía mundial.
Hermann Stangl
Consultor Financiero