En Cartagena muchos la llaman Mamá Cata. Es una mujer que ha impactado positivamente la vida de cientos de madres adolescentes y familias vulnerables. Con ella visité en el año 2017 el Barrio Olaya Herrera, de Cartagena, y fui testigo de la pobreza extrema que se vive allí y de cómo su labor rescata jóvenes de ciclos de infamia y les abre nuevas oportunidades. Me refiero a Catalina Escobar, creadora de la Fundación Juanfe, y me encanta cada vez que tiene nuevos éxitos.
En la Juanfe están felices con la llegada de inversión. Foto cortesía.
La noticia que se divulgó esta semana es que su querida Fundación Juanfe consiguió en un tiempo récord de cuatro minutos $300 millones de 164 inversionistas, a una tasa de 8% efectivo anual (E.A.), en la plataforma A2censo de la Bolsa de Valores de Colombia.
Los bonito del asunto es que recursos serán invertidos en el tercer Bono de Impacto Social en Colombia que tiene como objetivo emplear a 376 personas en situación de pobreza y vulnerabilidad con una retención del empleo mínima de tres meses. Díganme si eso no es una contribución de tanto impacto que nos lleva a pensar que necesitamos más personas como Cata en nuestro país.
Y llega una consecuencia adicional: Lo que sucedió nos demuestra que el país está preparado para invertir en proyectos de rentabilidad social y abre un nuevo panorama de sostenibilidad para el sector social en Colombia.
Y así lo reconoce Catalina: “Tanto para la Juanfe como para el sector social, este proyecto logrará que la Fundación abra un nuevo camino de financiación para las organizaciones sin ánimo de lucro, acercando el mercado de capitales al mercado de inversión social”.
Es un modelo de pago por resultados
La Fundación Juanfe capitalizará su experiencia de más de 20 años trabajando por mejorar la calidad de vida de madres adolescentes en situación de pobreza y vulnerabilidad y será uno de los operadores de este proyecto de pago por resultados que busca la inclusión y estabilidad laboral de población vulnerable, identificar modelos exitosos de inserción laboral y reducir costos en la implementación.
El índice de empleo de mujeres en el país se ha visto afectado por la pandemia. Invertir en la autonomía económica de las mujeres es un negocio rentable, ya que una mujer con un empleo formal, digno y estable tiene un efecto multiplicador que impacta positivamente a sus hijos, familia, comunidad y la sociedad en general.
Así mismo, Catalina explicó que “este bono de impacto social es un modelo de pago por resultados, creado en el marco de la emergencia social generada por la pandemia. El pago por resultados es un mecanismo innovador de inversión social que funciona a partir de objetivos cumplidos verificados y en el que participan tres actores principales: inversionistas, operadores y co-pagadores”.
“El equipo co-pagador ofrece pagar con intereses por esos resultados, de manera que quien invierte con capital de trabajo, confiando en la gestión efectiva de los operadores, podrá obtener no solo una rentabilidad social, sino una rentabilidad financiera sobre su inversión”, precisó Catalina.
Así que solo nos queda augurarle muchos éxitos a esta iniciativa que fortalece la inversión en causas sociales en un país, como Colombia, que tanto lo necesita. Larga vida para Mama Cata.
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