Irene Vélez Torres es una filósofa, magister en estudios culturales y doctora en geografía política.​​

¿Cómo pudo ser que un perfil como este fuera considerado para ocupar la cartera de Energía?

Este ministerio es uno de los ejes centrales de desarrollo de cualquier país del mundo y exige los conocimientos mínimos de ingeniería y finanzas que permitan asegurar el cambio hacia energías limpias con decisiones suficientemente idóneas, técnicas y financieras que aseguren su sostenimiento en el largo, mediano y corto plazo.

Este nombramiento, como muchos otros que se han realizado en áreas muy sensibles del gobierno, muestra la primacía que le da el presidente de la república a personas proclives a sus especulaciones ideológicas, siempre invalidadas, mientras no estén sujetas a la demostración que da la certeza de las prácticas científicas de investigaciones concluyentes. Tema que evidentemente esta señora desconoce, como se pudo apreciar en su nula gestión en el ministerio a su cargo.

Es inaudito que este gobierno haya podido ser capaz de tamaña irresponsabilidad que, hoy en día, se evidencia ante la quiebra del sistema de energía nacional, producto de la falta de planeación que nos ha llevado a una deficiencia energética donde, entre otras cosas, la energía limpia que exportábamos a Ecuador tenemos que suspenderla, a pesar de estar dentro de la línea que expresaba la verborrea utópica de esta persona inepta a la que se le entregó tan importante cartera.

¿Cómo es posible que un presidente de un país que por sus recursos puede ser potencia de producción energética de diversas fuentes, tome decisiones tan torpes como esta?

Habría que preguntarse, si las pretensiones de este gobierno realmente tienen que ver con la
procura del interés general o más bien, con el deseo de satisfacer ambiciones personales de sus aliados particulares, siguiendo el ejemplo del sátrapa de Venezuela que, sumido en su propia ignorancia y plenos de soberbia, llevó a la quiebra económica y social a uno de los países más ricos en recursos naturales de Latinoamérica.

¿Será este el destino que nos espera bajo el régimen de la improvisación, las especulaciones infinitas y los argumentos infundados que solo aplauden las ediciones de los vídeos y audios falseados por esos asesores del gobierno que se dedican a alabar a un seudo caudillo, sordo y ciego, que pretende arreglar el mundo mientras el país que le correspondió gobernar sucumbe gestionado por asesores y ministros como la señora Irene Vélez que, después de su rotundo fracaso en el ministerio, es premiada con contratos millonarios para ella y su pareja, sin mayor asomo de vergüenza?