Una de las actividades propias y, quizás, la más importante que el líder tiene que enfrentar, periódicamente, y no siempre en momentos de coyuntura, tiene que ver con la determinación de cuál será el futuro a enfrentar. Se relaciona con el proyecto de vida, como elemento clave de éxito profesional, social y espiritual

El proyecto de vida, está determinado por la visión de futuro que se debe  tener, con el fin de planear los pasos a dar, en función de la meta que se propone alcanzar.

Los líderes deben enfrentar al reto de no dejar que sus realizaciones se determinen, exclusivamente, por las diferentes circunstancias que les rodean en cada momento.

Su formación, les debe permitir interpretar el ambiente en el que se encuentran y, en términos de capacidades, habilidades y destrezas, deben forjar el futuro contrarrestando las amenazas y aprovechando las oportunidades que el medio les presenta.

Esta capacidad, si bien se va curtiendo con el tiempo, no debe dejar de estimularse desde los mismos inicios de su formación pues,  el proceso de aprendizaje, siempre estará determinado por las fortalezas que el individuo pretenda desarrollar en función de lo  que va entendiendo como su proyecto de vida.

En este orden de ideas, podemos entender el proyecto de vida como: “esa visión de futuro que, en términos de metas intermedias, de objetivos finales y. fundamentalmente, existenciales, los individuos crean; y que rige el comportamiento individual y social, orientando los actos, de una manera trascendente, hacia esos propósitos esenciales que el común de la gente entiende como su realización personal y su razón de ser en este mundo”. (Jairo A Trujillo A)

El no tomar este aspecto con la seriedad que merece, puede conducir a estadios de vida frustrados que, generalmente, producen problemas de adaptación social y profesional muy costosos, para las organizaciones, la sociedad y la familia.

Es por ello que, dentro del ejercicio del liderazgo, hay que aceptar y procurar acompañamientos que, en forma de asesoría sistemática y permanente, contribuyan a ayudar a repensar este aspecto que, en muchos de los casos, seguramente, ya ha sido abordado de manera diversa, pero que debe ser conscientemente realizado, como un ejercicio permanente que se  habrá de desarrollar en todas las fases de la vida, Siempre respondiendo a cuatro preguntas fundamentales: ¿Quién soy? ¿Qué quiero ser? y ¿Qué debo hacer? y ¿Cómo lo podré hacer?

Jairo A Trujillo Amaya
Consultor y asesor empresarial
jairoatrujilloa@yahoo.com