El 12 de julio pasado, el Instituto Latinoamericano de Liderazgo, ILL, cumplió 20 años de existencia.

Me parece importante destacar esta efemérides, en la medida en que el ILL es una entidad que, con su basta experiencia, ha podido impactar muchas empresas y organizaciones que se han beneficiado con su concepción de «liderazgo fundado en valores», como elemento catalizador de las acciones emprendedoras y de gestión de las organizaciones, tanto en Colombia, como en varios países de Latinoamérica

Con este modelo de gestión del liderazgo, los propietarios y directivos que han podido experimentarlo, se han visto beneficiados por el aumento extraordinario del compromiso de todos los empleados, pero, además, han podido apreciar la consolidación de los equipos de trabajo, en función del alcance de los objetivos que les corresponde dentro de la estructura organizacional de las instituciones.

Pero, como se trata de recordar la efemérides, no podemos dejar de hablar de los personajes y las situaciones que permitieron la aparición de esta maravillosa realidad.

Corría la mitad de la década de los años noventa, cuando dos viejos amigos, Jorge Yarce y Regino Navarro, el primero filósofo, metido en el mundo de la creación y gestión de empresas de medios de comunicación, y el segundo, experto en ciencias del comportamiento, pero dedicado a la educación; decidieron proponerse la creación de una institución que contribuyera a fortalecer el ambiente emprendedor y empresarial dentro del concierto de las naciones de América Latina.

Estaban conscientes de que las universidades formaban profesionales habilitados para la gestión de las funciones propias de cada una de las áreas del negocio en los que eran contratados; pero, también, tenían presente que el vacío en los temas de liderazgo era grande. Y que tampoco, la interpretación de lo que constituía su significado, era muy claro para los nuevos profesionales, ni para los veteranos que, con esfuerzo y entusiasmo, habían construido sus negocios, sin lograr el impacto social positivo y trascendente que esperaban de los mismos.

En este ambiente empresarial, de la última década del siglo pasado, surge el Instituto Latinoamericano de Liderazgo ILL

Además de los logros alcanzados por las empresas que se han visto beneficiadas por su acompañamiento y asesoría. El ILL, ha logrado acumular una gran cantidad de material de investigación y publicaciones que enriquecen el conocimiento y amplia sus fronteras, en un tema tan importante y trascendental como «el espíritu de liderazgo fundado en valores». (http://liderazgo.org.co/index.php/servicios/publicaciones)

Es una propuesta estimulante para los empresarios, en la medida en que, con base en ella, se ven retados a superar las fronteras del raciocinio puramente intelectual, en el manejo de los negocios y la estimulación a la gente, para trascender a un aspecto que determina la integralidad de la persona humana: su espiritualidad.

Es allí, en ese espacio, donde la persona humana encuentra su esencia y razón de ser. De manera que, todas sus potencialidades, se emplean en busca de su objetivo trascendente en este mundo, producto de su gestión material e intelectual. Pero, además, en en su proyección sobrenatural, que se alcanza, por la vía del amor a sí mismo y a los demás, como medio de crecimiento seguro hacia un desarrollo social efectivo que se concreta en la felicidad plena, más allá de todo espacio temporal.

En este contexto, la persona no es objeto de explotación, sino de desarrollo propio y de los demás. Es capaz de integrarse en sociedad, contribuyendo, con sus fortalezas, a resolver las debilidades de otros que retribuyen, de la misma manera, a este esfuerzo, donando sus propias habilidades a los que las necesitan.

Es la esencia del trabajo en equipo. Y, quienes los promueven y tienen claro este concepto, se constituyen en los líderes que son capaces de armonizar todos estos esfuerzos para convertirlos en gestiones ganadoras que permitan la captación de los mercados de las empresas, gracias a la confianza que sus acciones generan.

Buena parte de esta propuesta se entiende al leer el último libro escrito por Jorge Yarce, presidente del ILL: «EMPRESAS ÉTICAS, UN BUEN NEGOCIO». Editado por Panamericana.