Las Juntas directivas no pueden quedarse solamente con los honorarios, sin asumir las responsabilidades que les corresponde y sin cumplir con el papel crítico que exige a la administración para asegurar su mayor eficiencia y cumplimiento con los objetivos de la empresa.

Es frecuente ver cómo, sin mayor cuestionamiento, los miembros de las juntas pasan, de manera superficial y sin mayor profundidad, sobre temas que son trascendentes para las empresas, con la visión del gerente o presidente que les reporta, pero sin analizar ni exigir la argumentación y el soporte suficiente a sus propuestas.

Los miembros de las juntas, han sido elegidos por los propietarios para exigir a la administración en función de las expectativas de los socios. Esas expectativas, están relacionadas con los temas económicos que atañen a la organización, pero, fundamentalmente, con los aspectos estratégicos que afectan su posicionamiento y sustentación de largo plazo. Aquellos que determinan su futuro y garantizan su supervivencia.

Para ello, es importante que las juntas exijan a sus gerentes informes escritos previos a la reunión de junta, donde se analicen los resultados financieros y los aspectos estratégicos que determinan la mejora de los resultados; aspectos relacionados con el clima organizacional y la capacidad de servicio al cliente, con el tratamiento que se está dando a los aspectos diferenciados de la marca y la manera de asegurarlos hacia el futuro inmediato y de largo plazo.

De esta manera, los miembros de junta pueden llegar con suficiente información previa, que les asegure su mejor participación. Cada uno, de acuerdo al grado de su experticia. Con base en la buena aplicación de su habilidades de gestión en lo que suele ser su especialidad. De esta amalgama de propuestas y posiciones se nutre la junta para poder tomar sus mejores decisiones, habiendo cubierto todos los frentes y afinado las aristas.

Los miembros de junta, deben entender que ellos son responsables ante los socios que los eligieron como sus representantes ante la administración.

El gerente no es elegido por los accionistas, por lo tanto, no es el gerente, sino los miembros de junta, quienes deben rendir cuentas a los propietarios.

La junta tiene la responsabilidad última de decidir si, con el gerente que tiene, puede asegurar la responsabilidad que asumió ante los socios.

No tener esto claro, desde un principio, es incumplir en materia grave con la responsabilidad que el miembro de junta tiene ante los propietarios que lo eligieron.