A veces, viene bien un poquito de egoísmo.
Olvidarse de tantas cosas malas que no podemos solucionar, y proyectar nuestro cariño y amistad a tantas personas que están cerca de nosotros y lo pueden necesitar.
Es una gran alegría compartir con quienes irradian cariño y paz, olvidando todo lo que nos pueda dañar. No nacimos para ser los héroes del paseo. Simplemente nacimos para vivir y dejar vivir.