Mantener nuestras defensas fortalecidas va más allá de tomar vitamina C, proteger nuestro cuerpo es cuestión de química y de vitaminas que nos mantienen saludables.

Tomar jugo de naranja o consumir suplementos de vitamina C es la receta, casi obligada, de nuestras mamás para prevenir gripas y resfriados. Durante años se le ha atribuido a esta  vitamina el protagonismo a la hora de fortalecer nuestro sistema inmune. Aunque sí es un elemento clave para prevenir enfermedades, no es el único que existe. En nuestra alimentación encontramos otros componentes, como las vitaminas A, D, B12 e incluso suplementos como el Omega-3 , que resultan aliados perfectos de nuestra salud.

Esta premisa cobra mayor relevancia en la situación actual del Covid-19, un virus que pone en riesgo nuestro bienestar físico y mental. Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado guías para evitar la propagación de esta enfermedad, entre las que incluye el aislamiento social, la limpieza y desinfección constante de los elementos con los que estamos en contacto y el lavado de manos con agua y jabón, por lo menos cada tres horas, es clave ayudar a nuestro cuerpo en su defensa “natural” contra esta infección.

Según The New England Journal of Medicine, la durabilidad del virus en el aire después de que una persona tose puede ser de horas; así mismo, en el cartón, por ejemplo, puede durar 24 horas, y de 2 a 3 días en plástico y metal. Esto evidencia la dificultad que tenemos para asegurar un entorno 100 % desinfectado y libre de amenazas, por lo que se hace vital consumir nutrientes que hagan el sistema inmune mucho más fuerte, y que, en caso de adquirir el virus, tengamos unos síntomas más leves que no pongan en riesgo nuestra vida. Sin duda, con los nutrientes correctos, como si se tratase de una fórmula científica, podremos proteger nuestra salud. Es definitivamente cuestión de química.

¿La fórmula? Cuatro elementos clave para prevenir influenza, gripas y otros virus:

  1. La vitamina A: vital para proteger nuestro cuerpo. Además de ser reconocida por cuidar nuestra salud ocular, también tiene la función de regular la producción y la actividad de las células del sistema inmune, conocidos como linfocitos T, que evitan que los virus causen demasiados estragos una vez entran en nuestro cuerpo. Igualmente, tiene un importante papel en mantener en buen estado las mucosas de las vías respiratorias para impedir la entrada de infecciones.
  2. La vitamina D: este nutriente evita que los virus ingresen a nuestro cuerpo, ya que se encarga de fortalecer las células que contrarrestan o combaten los agentes extraños. De acuerdo con estudios realizados y publicados en el British Medical Journal, tiene un importante papel en prevenir las enfermedades en el sistema respiratorio, como la bronquitis y la neumonía, al aumentar los niveles de péptidos antibióticos en los pulmones.
  3. El omega- 3: es un gran aliado durante los resfriados y gripas porque, además de sus beneficios para el sistema nervioso y el cerebro, ayuda a reducir la inflamación de ciertos órganos, incluyendo la garganta y pulmones.
  4. La vitamina B12: ayuda al mantenimiento del sistema nervioso central y a la formación de glóbulos rojos en la sangre que refuerzan una función normal del sistema inmune.

Nuestro cuerpo es como una fortaleza, protegerla es cuestión de química y de vitaminas que permitan fortalecer la seguridad  para que los virus no entren. También es fundamental no descuidar otros lugares que podrían arruinar nuestras defensas. Por eso, además de seguir las indicaciones de la OMS, es vital ir más allá e informarnos cómo podemos fortalecer las defensas y proteger nuestro cuerpo desde adentro. ¡Claro, la vitamina C también suma a esta fórmula de defensa!

¿Tienes preguntas sobre cómo logramos que los desperdicios de un proceso se vuelvan materia prima de otro o sobre otras aplicaciones de la química en la cotidianidad? Puedes escribirnos a comunicaciones-bcn@basf.com y en nuestra próxima entrada te responderemos.