
¿Por qué los programas de voluntariado se volvieron relevantes para las empresas? ¿Estrategia o cuestión de química con el entorno?
Si algo quedó claro en el 2021 y que se prevé sea una constante para el 2022 es que uno de los pilares fundamentales hoy para las empresas es la importancia de estar conectadas con las problemáticas sociales, para aportar a la solución y crear estrategias que permitan un mayor equilibrio entre las necesidades empresariales de las organizaciones y la humanización de estas. En este sentido las compañías comenzaron a extender esta iniciativa al involucrar a sus colaboradores, para convertirlos en agentes sensibles y de cambio frente al entorno que los rodea. Así comienzan a surgir los programas de voluntariado empresarial que hoy parecen más una cuestión de química con el entorno.
Entre los beneficios que pueden encontrar las empresas al crear un programa de voluntariado entre sus iniciativas corporativas, podemos encontrar la unión entre los colaboradores y la adopción de un sentido de pertenencia por la organización, que busca impulsar el crecimiento personal mucho más allá del ámbito profesional.
En BASF por ejemplo entendimos que es necesario un equilibrio entre necesidades económicas, medioambientales y sociales para asegurar un desarrollo más sostenible. En este sentido, nuestra política más robusta es la sostenibilidad como uno de nuestros pilares dentro de la estrategia global de la compañía. Por esta razón, desarrollar soluciones sostenibles es una característica transversal para todas las unidades de negocio. Además, trabajamos en la construcción de conocimiento y sensibilización de nuestros trabajadores en los principales temas de sostenibilidad, buscando que esto también llegue hasta la esfera familiar de los mismos.
Un ejemplo de iniciativa es ‘Juntos lo Logramos’, un exitoso programa que nació en el año 2020, a raíz de las situaciones adversas que empezaban a surgir en el país a causa de la pandemia del covid-19. Los colaboradores donaban voluntariamente cualquier valor económico y la empresa, a partir de esta donación, aportaría multiplicando el valor de la donación realizada por el empleado Al final, los recursos recaudados fueron utilizados para la adquisición de respiradores y elementos para tratar el virus que empezaban a expandirse, convirtiéndose en la principal problemática de salud pública del mundo.
En definitiva, poner en marcha un programa de voluntariado corporativo para el desarrollo supone incontables beneficios para todos los involucrados en el proyecto y una cuestión de química para el entorno y para la sociedad impactada.
¿Quieres saber más sobre cómo creamos química para un futuro sostenible? Escúchanos en nuestro Podcast Cuestión de Química, disponible en Spotify, Apple Podcast y Deezer o escríbenos a comunicaciones-bcn@basf.com
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