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El asfalto es uno de esos materiales que pasa desapercibido en nuestra vida diaria, pero juega un rol crucial en la infraestructura que nos rodea. A simple vista, puede parecer algo tan simple como el pavimento bajo nuestros pies, pero detrás de su desarrollo hay una ciencia que busca hacerlo más resistente y, lo más importante, más sostenible. En este contexto, BASF, el gigante químico alemán ha desarrollado un modificador líquido innovador que mejora las propiedades del asfalto de manera significativa, llamado B2Last.

¿Qué hace especial a esta innovación y cómo contribuye a un futuro más sostenible?

Un modificador de asfalto es un aditivo que se mezcla con el asfalto para mejorar sus propiedades físicas y químicas. Su función principal es aumentar la durabilidad del pavimento, haciéndolo más resistente a factores como el calor, el frío, el tráfico pesado y la humedad. Los modificadores pueden ser sólidos o líquidos y, dependiendo de su composición, actúan de diferentes maneras para reforzar la flexibilidad y la rigidez del asfalto.

A medida que las infraestructuras viales enfrentan un uso cada vez más intensivo y condiciones climáticas diversas, el desafío de mantener carreteras duraderas y sostenibles se vuelve cada vez más complejo. El tráfico pesado, las altas temperaturas en verano y el frío extremo en invierno son factores que aceleran el desgaste del asfalto, causando grietas y deformaciones que requieren constantes reparaciones. Este ciclo de deterioro y mantenimiento no solo eleva los costos, sino que también genera un impacto ambiental significativo.

Frente a este desafío, B2Last reacciona a nivel molecular con el asfalto, mejorando sus propiedades y haciéndolo más resistente a temperaturas extremas, tanto al calor como al frío, sin perder flexibilidad. Es decir, las carreteras construidas con este tipo de asfalto no solo son más duraderas, sino que requieren menos mantenimiento, lo que contribuye a reducir su impacto ambiental a largo plazo.

¿Cuál es el impacto ambiental del asfalto?

El asfalto, aunque esencial para la infraestructura, puede tener efectos negativos en el medio ambiente. Durante su producción y aplicación, se liberan compuestos orgánicos volátiles (VOC) que contribuyen a la contaminación del aire. Además, las frecuentes reparaciones necesarias debido al desgaste generan un consumo adicional de energía y recursos, lo que incrementa la huella de carbono.

Aquí es donde este tipo de innovaciones marca una diferencia significativa. Al reducir la frecuencia de las reparaciones y mejorar la durabilidad del pavimento, disminuye la demanda de producción de asfalto nuevo. Además de ayudar a reducir las emisiones de VOC durante el proceso de pavimentación, lo que lo convierte en una opción más respetuosa con el medio ambiente. Estas mejoras no solo se traducen en beneficios operativos, sino también en un menor impacto ambiental.

Según Juan Pablo Castiblanco, gerente Senior de negocios en BASF, «la innovación en productos como B2Last demuestra cómo la química puede ser un motor para la sostenibilidad. No solo estamos mejorando la durabilidad de las infraestructuras, sino que también estamos reduciendo el impacto ambiental asociado a su mantenimiento, lo que es clave en la construcción de ciudades más sostenibles».

B2Last no es solo una innovación técnica, sino una respuesta a los desafíos contemporáneos de sostenibilidad en la construcción de infraestructuras. Gracias a este modificador líquido, las carreteras pueden ser más duraderas, resistentes y amigables con el medio ambiente, lo que representa una verdadera transformación en el sector vial, demostrando que, en cada aspecto de nuestra vida, la cuestión de química está presente.

¿Quieres saber más sobre cómo creamos química para un futuro sostenible? Escúchanos en nuestro Podcast Cuestión de Química, disponible en Spotify, Apple Podcast y Deezer o escríbenos a comunicaciones-bcn@basf.com

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