“La experiencia no consiste en lo que se ha vivido, sino en lo que se ha reflexionado”.
José María de Pereda.
La celebración Mundial de la Agricultura —este 9 de septiembre— es para hacer homenaje a las actividades de los productores en sus cultivos y al tratamiento que hacen del suelo para obtener alimentos de consumo humano y animal, fibras para prendas de vestir, entre muchos más productos y servicios que disfrutamos todos los días y que a veces olvidamos su origen.
También es para reflexionar, pues han pasado diferentes generaciones y gobiernos y mantenemos varios desafíos y retos por superar. La realidad es que seguimos esperando que Colombia, con su vocación agrícola, materialice el potencial de crecimiento económico que promete al país, pero requiere infraestructura de vías, riego, almacenamiento, investigación e innovación y comercialización de cosechas con menos intermediaciones, entre otros.
En Colombia nos enorgullece tener experiencia agrícola, pues son muchos años de aprendizaje con los cultivos que representan el 60 % de la producción del sector, como café (13,6 %), plátano y banano (12,8 %), flores (8,1 %), caña de azúcar (6,5 %), arroz (4,8 %), palma de aceite (4,6 %), papa (3,1 %), maíz (2,8 %), tomate (1,9%), cacao (1,6%) y otros (40 %). Sin embargo, aún no es suficiente lo logrado, necesitamos reflexionar y mejorar.
Una apuesta en honor a este Día sería concentrarnos en la estrategia unificada y eficiente para los retos que se pueden superar en manos del agricultor y que impactan positivamente su actividad referidos a bajar los costos de los cultivos, aumentar los rendimientos por área de producción y lograr que el bolsillo de los homenajeados gane más dinero, porque hoy, en lo que respecta a los pequeños agricultores, solo obtienen en promedio el 15 % del precio del consumidor final.
La estrategia se denomina Manejo Integrado de Cultivos (MIC) —recomendada por organizaciones internacionales como la FAO, la OCDE y el Parlamento Europeo— la cual indica el uso combinado de las tecnologías de protección contra plagas, enfermedades y malezas, como las de nutrición. Es decir, conforme a la necesidad de cada finca se establece el tratamiento para suelo y plantas, integrando los insumos químicos, biológicos, naturales, físicos y culturales, entre otros.
No reflexionar es repetir experiencias ya vividas en países que no fomentan la integración de tecnologías, sino determinan en una opción la solución absoluta y sacrifican las cosechas a muchas pérdidas, pues en la materia la FAO y el Parlamento Europeo indican que por enfermedades, plagas, malezas o mala nutrición se podría perder entre un 35 % y un 80 % de las cosechas, tal como ya lo vivió Sri Lanka.
La estrategia del MIC amerita detallarla en otra salida de Cultivando al Ser, para difundir sus bondades y ventajas, pues Procultivos ANDI tiene experiencias en la misma, aplicándola en núcleos productivos de diferentes cultivos.
Sin embargo, en este anticipo inspirador e incitador de la estrategia hemos bajado costos en los cultivos (entre 17 y 25 %), aumentado los rendimientos por área de producción (entre 20 y 120 %), dependiendo del cultivo y región.
Por lo anterior y en honor al Día Mundial de la Agricultura, manos a la obra en la estrategia MIC.
Nos vemos pronto.