Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro.
René Descartes.
Hoy todo se torna de miedo sin gestión, arrastrando colectivamente nuestro actuar sin profundización o verificación; basta ver las noticias, los sucesos, y escucharnos para comprobar que decidimos y opinamos muchas veces por lo que socialmente se ve con apariencia de miedo.
Vale la pena trascender e ir más allá, aunque deje sin respaldo a los que usan el miedo, como lo dice Paulo Coelho: “Si quieres controlar a alguien, has que sienta miedo”. Pero el amor gestiona el miedo y lo conquista en bien de nuestros anhelos.
Esta semana escuché un consultor internacional sobre los estándares impuestos a la agricultura limpia y sostenible del mundo. Por un lado, tenemos la corriente con criterios de ciencia y evaluaciones ambientales, sociales, económicas y de salud, que permite usar tecnologías en la protección de los cultivos contra las plagas, enfermedades, malezas y otros.
Otra corriente, con criterios de percepción en donde el mero peligro con miedo sentencia el uso de tecnologías en la agricultura. Esto podría restar insumos para tener cultivos sanos y suficientes.
Sin embargo, amar nuestra agricultura y recordar que los cultivos son seres vivos y que cuando tienen quebrantos de salud necesitan tratamientos integrales, es lo que nos llena de ánimo, para seguir acompañando a nuestros agricultores a proteger sus cultivos, y conquistar su bienestar y el de los demás con alimentos sanos y suficientes.
Es importante que Colombia aplique la corriente de ciencia y evaluación, porque tiene una agricultura diversa en todo, incluido, plagas, enfermedades, malezas y mucho más. Nuestro sueño de cambiar la suerte de nuestros agricultores lo merece todo y exige gestionar esos miedos mejorando todos los días nuestras prácticas agrícolas.
La mera influencia del miedo se conquista con amor, trabajo, esfuerzo y valor. Nuestros bellos días lo necesitarán siempre.
Gracias por la atención.