“Los economistas piensan sobre lo que la gente debería hacer. Los psicólogos observan lo que realmente hacen”.
Daniel Kahneman.

Daniel Kahneman, psicólogo y premio Nobel de Economía, ilustró sobre el pensamiento y las decisiones de las personas, especialmente en entornos de incertidumbre. Demostró el impacto de estos en la energía vital y en la economía micro y macro.

Por tal razón, concentrémonos en las acciones del hoy porque son las semillas sembradas para las cosechas del mañana, y si queremos materializar el potencial que tiene la agricultura colombiana para liderar la proveeduría de alimentos del mundo, debemos integrar el trabajo enfocado en las personas con la capacidad arrolladora del agro para jalonar la economía a crecimientos del 5 % y hasta 10 %.

Es en el ahora que debemos concentrarnos en atender y conocer los planes y las aptitudes de los productores del campo, lo que significa un trabajo concentrado en ellos, para lograr que sus unidades productivas no solo mejoren la producción de sus cultivos, sino también activen su ser empresarial.

Entrar en la dimensión especial y específica de trabajar en las personas obliga a ir más allá de alcanzar buenas cosechas, lo cual ya hemos logrado gracias al trabajo que realizamos en las fincas cambiando el manejo agronómico de los cultivos, con prácticas sostenibles que usan las tecnologías de protección y nutrición de los cultivos.

También, nos concentramos en acompañarlos para mejorar su ingreso por el pago de sus cosechas, pues los pequeños y medianos productores solo reciben el 15 % del precio que pagamos los consumidores finales. Por ejemplo, un mango Tommy que fue pagado por $3.100 en el supermercado, solo le representa al agricultor $400.

El trabajo que dota de energía vital a los productores es aquel que además de cambiar las prácticas productivas en las fincas para lograr buenas cosechas, activa la economía solidaria como opción efectiva para reestructurar la comercialización de cosechas, porque provee a los productores de cooperación.

Este trabajo es desaprendiendo y reaprendiendo el tema, pues actualmente hay más organizaciones solidarias que productores del campo, pero la mayoría solo tienen la aspiración de ayudas y recursos de subsidios, entre otros, desperdiciando la capacidad de una empresa solidaria para transformar a las comunidades en empresarios prósperos y sustentables.

Según la FAO y la OIT las empresas solidarias han demostrado la transformación estructural de la ruralidad, porque han erradicado la pobreza. Por eso trabajar en esos modelos solidarios para facilitar las capacidades de autogestión en la solución de los problemas productivos, organizacionales y de ser empresarial desarrollarán integralmente a las comunidades agrícolas.

Definitivamente el trabajo que marcará diferencia es aquel que dote de energía vital a los productores del campo para que ganen, transformen su entorno y alimenten al mundo, cambiando las prácticas productivas en las fincas e implementado la economía solidaria empresarial.

Hay mucho por hacer con y por los productores del campo, en el corto, mediano y largo plazo.

Un abrazo.