“Cuando ya no podemos cambiar una situación tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.
Viktor Frankl.
La frase que abre esta entrada viene de un neurólogo, filósofo, fundador de la psicología existencial y sobreviviente de los campamentos nazis de concentración -en los que perdió a todos sus familiares-, quien comprobó que ante la imposibilidad de cambiar las situaciones por duras que sean, es definitivo lo que se logra desde las personas. Nadie podrá cambiar lo que vive el mundo en materia de costos, que están totalmente revolucionados por los efectos de la pandemia, entre otros factores.
Hoy el mundo tiene escasez de materia prima para varios sectores económicos -y la que está disponible se consigue ocho veces más cara-, se han incrementado hasta diez veces los precios de los commodities como los cereales, fertilizantes y otros. El gas, el petróleo y todos los combustibles están repuntando sus precios, así mismo, las crisis de las flotas navieras están rebasando los valores del transporte marítimo: por ejemplo, hoy un contendor que viene de China se transa en US$15.000 dólares, frente a los US$2.000 que antes costaba. En fin, son muchos factores imposibles de cambiar y que la perspectiva indica que se podrá mantener esta tendencia hasta el primer semestre del 2022.
En materia de insumos, hay olas de comentarios y pretensiones que hacen pensar que Colombia estuviera en otra dimensión. Por eso, vale la pena procesar cada tema, por ejemplo, a qué insumo del agro se refiere en específico, porque son muchos los rubros de este importante universo. Aquí un vistazo general para los insumos que protegen los cultivos de plagas, enfermedades y malezas, como también los insumos que los nutren.
Colombia tiene 13 plantas para la formulación de los insumos de protección y nutrición de cultivos, por ello importa la materia prima: urea, potasio y fósforo para los fertilizantes, y los ingredientes activos, para los insecticidas, fungicidas y herbicidas. Por tal razón, otra claridad necesaria es la representativa importación de material para formular en Colombia los productos finales que usamos en los cultivos. A diferencia de los países que no formulan y que sólo importan los productos terminados, Colombia tiene la formulación en casa.
Otro aspecto importante que se debe saber es que desde el año 2006, el Gobierno nacional tiene intervenidos los precios de estos insumos, recibiendo de los productores e importadores un reporte mensual con los precios de productos para la protección y nutrición de cultivos. A la luz de esta intervención (que cumple ya 15 años) es que se ha conocido el efecto de los factores internacionales sobre los precios, y también se aprecia que por la presencia de las plantas de producción no se traslada el efecto total y eso hace una diferencia frente a los países que dependen de la importación representativa de productos formulados.
Si no se puede cambiar la revolución mundial sobre tantos factores, el tema pasa por trabajar con los productores del campo en la nutrición inteligente de sus cultivos y en la protección efectiva de los mismos contra plagas, enfermedades y malezas. Las entidades que trabajamos por y con cada finca en campo, que nos hemos atrevido a diseñar el paquete específico a la medida de cada núcleo productivo, hemos comprobado que se incrementan los rendimientos de cosecha hasta en un 120%, para aumentar el ingreso y se reducen los costos hasta un 35%.
Por tal razón, no se trata de intentar cambiar desde Colombia el caos mundial que vivimos, sino desde cada finca con los productores del campo, aunque implique más trabajo y sacrifico, podremos cambiar los resultados. El Manejo Agronómico Disruptivo, CuidAgro y Mentes Fértiles son los programas de Procultivos ANDI con los que seguirá trabajando con y por los seres empresariales del agro, porque ellos merecen bienestar y progreso, con cosechas sanas, suficientes e inocuas.
Si no se puede cambiar una situación como esta, sí lo podemos hacer con las personas, con lo que lograremos más productores del campo conquistando mercados en todo el mundo.
Un fuerte abrazo.