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Los fondos generacionales, con activos totales cercanos a $3 trillones de dólares -un trillón equivale a mil billones, los cuales a su vez representan mil millones cada uno- son de lejos la estrategia más popular en cuanto a los planes de retiro en los Estados Unidos.
Vanguard Group -la empresa de bajísimos costos, y líder en muestreo, indexación y corretaje– junto con American Funds, manejan los mayores activos, aunque enfrentan numerosa competencia. Gracias a la profundidad, experiencia y continuidad de sus equipos especializados, han producido resultados consistentemente favorables. Pero hasta el descalabro del año pasado.
Paralelamente a los fondos generacionales, funcionan de tiempo atrás los fondos mutuos balanceados (o híbridos). De acuerdo con cifras del Investment Company Institute, sus activos alcanzan $1.5 trillones de dólares. La principal diferencia es que los primeros modifican la composición de sus portafolios a medida que transcurre el tiempo, mientras que estos últimos la mantiene estable.
Tienen en común que ofrecen mezclas de acciones y bonos de acuerdo con numerosos factores, dentro de los cuales sobresalen el tiempo disponible, la tolerancia al riesgo, y las circunstancias individuales. Hasta inteligencia artificial ya utilizan algunos. Las acciones ofrecen mejores retornos en las buenas épocas, y los bonos estabilidad, además de buenos rendimientos cuanda las tasas están a la baja. La mezcla suele comportarse bien inclusive durante las recesiones.
Como ejemplo, cabe citar el fondo “Vanguard Balanced Index Inv” (VBINX), que utiliza una mezcla moderadamente conservadora de 60% en acciones y 40% en bonos, con activos de $40 billones de dólares y un cargo de manejo de tan solo 0.18%. Su rentabilidad anual ha sido 7.9% en diez años, y 7.4% en quince, de acuerdo con Morningstar. (Para ponerla en perspectiva, al comenzar mi vida laboral un dólar costaba $70 pesos).
Estos portafolios no están exentos de crítica. Algunos les cuestionan que limita a los jóvenes al no capturar ese 11% anual en promedio que el índice S&P 500 ha alcanzado en los últimos quince años. Otros su inflexibilidad, porque no modifican sus portafolios tácticamente.
Pero el hecho es que la estrategia demostró una falencia que afloró por primera vez en el 2022. ¿Cómo puede calificarse “moderadamente conservador” a un fondo que sufrió una caída de 19% en el primer semestre del año, y lo terminó 17% en rojo?
Al respecto, cabe recordar que el retorno total de un bono es la suma del interés que devenga, más su ganancia -o pérdida- en su valor de mercado. De la mano con un muy mal año para el mercado accionario, se produjo un fuerte aumento de 4.25% en las tasas de interés. La desvalorización en renta fija no pudo ser compensada por las muy bajas tasas que se venían obteniendo en los portafolios. Estos fondos demostraron su susceptibilidad ante los fuertes choques antiinflacionarios.
El malestar de los profesores con los fondos de ahorro individual
Relacionado con este tema, en la sección “Pregunta Yamid” de junio 1, fueron invitados dos profesores que solicitaban el retiro del proyecto de reforma pensional. Pensé que iban a ilustrarnos sobre los rendimientos en el caso colombiano.
Desafortunadamente la solicitud cogió otro camino, alegando que el traslado de una parte de su ahorro en prima media a los fondos de ahorro individual reduciría en más de 50% su ingreso pensional.
“El excedente se va a destinar al componente de ahorro individual, que ofrece una rentabilidad menor. Con un salario mensual de 10 salarios mínimos, Colpensiones solo va a garantizar alrededor de $2.2 millones de pesos, y el componente de ahorro individual que proviene de los fondos de pensiones, alrededor de $1.7 millones, con lo cual la pensión de $7 millones se reduce a $4 millones aproximadamente.”
La verdad, no pude descifrar esas cifras. Y pienso que el señor Amat aún menos. Sospecho además que los profesores tampoco la tenían muy clara. Me encantaría que el señor Santiago Montenegro, la persona que más sabe del tema, nos ayudara a entenderlas.
2023
A comienzos de este mes, el índice S&P 500 logró una remontada superior al 20% con respecto a su punto más bajo, que se había producido en octubre del año pasado. Entró en lo que tradicionalmente se conoce como un mercado alcista, con un sorprendente rendimiento en lo corrido de este año a junio 22 de 14%. “Y a quien no le gusten los bonos, ¿entonces cuándo?”, se preguntaba un conferencista. Aunque las tasas no están en su punto más alto, se encuentran en niveles que no se habían visto en muchos años.
Da la impresión de que en el 2023 estos fondos nuevamente han retomado su senda.
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