África junto a América Latina, han sido los continentes sur, con dominación norte-sur, centro-periferia, imperio-colonia que incluso en tiempos postcoloniales no han podido deshacer tal relacionamiento asimétrico en términos políticos, económicos y sociales; la construcción de fronteras y de la otredad incapaz y bárbara ha desembocado en la justificación de tal injerencia permanente:

“El imperio no exige que sus servidores se amen los unos a los otros, sino únicamente que cumplan con su obligación” (Coetzee, 2003: 15).

Durante los últimos tres años, cinco países africanos de la línea del Sahel, entre ellos Níger, han recurrido a la transición política por medio de golpes de estado, con el objetivo de desestimar y expulsar a Francia y sus estrategias neocoloniales en extracción de minerales como también de contra olas institucionales y democráticas que no permiten el progreso autónomo, de libre mercado y con instituciones apropiadas, nacionales independientes y de eliminación de geografías imaginadas (Pfoh,2014).

Estos nexos neoimperialistas y su posterior desaparición, se pueden a llegar a ver desde una óptica de economía conductual de la disposición de un juego del dictador a la metamorfosis por medio de revoluciones sociales a un juego del ultimátum y la aprobación, seguimiento y apoyo de sus vecindades como un juego de castigo hacia Francia. ¡comencemos el juego de nuestro análisis!

El juego del dictador, el sujeto A recibe una dotación inicial y debe decidir que tanto proporcionara a el sujeto B quien no tiene opción de impugnar tal decisión; en este caso, Francia dispone de los recursos minerales africanos por medio de móviles políticos y económicos, entre ellos la violencia y decide qué tanto reciben los países africanos quienes no tienen mérito de rechazar.

El juego el ultimátum, el sujeto A recibe una dotación inicial y debe decidir que tanto proporciona al sujeto B quien, si se rehúsa a aceptar la repartición haría que B pierda tal dotación inicial; Francia dispone de los recursos ahora África tiene la oportunidad de rechazar la oferta de negociación de Francia.

Juego del castigo, un tercer sujeto, el sujeto C, debe decidir que tanto comparte con el sujeto A de una segunda dotación inicia1l; Níger, después de Burkina Faso, Guinea y Mali decide castigar el comportamiento de Francia, la alianza de la línea del Sahel, el cierre comercial hacia Francia y la expulsión de soldados y diplomáticos, es muestra de ello.

Se plantea entonces que Níger, históricamente, de manera similar a las condiciones de su continente, ha estado ligada a Francia en términos desiguales, económica y políticamente; ha caído en una falacia de abundancia o de recursos naturales gracias a los procesos de depredación y desposesión, de corrupción y una elite nacional traidora, denominada por los francófonos como “Françafrique”.

Esta situación de vulnerabilidad nacional ha ubicado a Níger como uno de los países con mayores dificultades de seguridad alimentaria, de desarrollo humano como económico, de pobreza monetaria y de extenuación y abandono de sectores ajenos a la extracción; al igual la dependencia en política monetaria y fiscal como las limitaciones que presenta el franco CFA hacen de Níger un país incapaz de direccionar a una nueva misión su futuro.

La población nigerina ha tenido que atravesar esta inobservancia a ojos de su sistema político, económico y social; las distanciaciones que se han tomado de manera horizontal han agravado los impactos, hoy un 90% del empleo se encuentra en tan solo el 40% de la riqueza nacional, que se atribuye a la agricultura y ganadería. (Níger | Oxfam International, 2022)

Industrias que en términos relativos al sector de la exportación es mínima y desigual en su relación de precios, que se dificulta en mayor medida con sus condiciones ecosistémicas y las bajas tasas de inversión de infraestructura y capital humano, llevando así a que casi la mitad de su población (48,7%) viva por debajo de la línea de la pobreza (un dólar por día) y se calcule que anualmente 1.5 millones sufra de inseguridad alimentaria crónica. (Movimiento por la Paz, s. f.)

Resulta claro que, el golpe de estado es la representación de las demandas sin respuestas de toda una nación, de un modelo anacrónico de impares que llevan al futuro a unos pocos y mantienen en el pasado a otros muchos; la transición de un autoritarismo francés disfrazado de democracia controlada a una militarización avalada por la mayoría de los habitantes, no puede quedar en ese punto de sistema social, debe avanzar hacia una nueva transición, pero en este caso a la inclusión real, transparente y democrática del “ser nosotros mismo” y no “ser otros mismos”.

Juan David Lasso Gómez

Estudiante de Economía

Facultad de Economía- Universidad Santo Tomás