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“Aquel que conquista a otros es fuerte;
aquel que se conquista a sí mismo es poderoso”.
Lao-Tse


Seguramente alguna vez usted se ha preguntado qué se puede hacer para que la inteligencia emocional se desarrolle en su empresa, ¿es suficiente difundir los conceptos?, ¿qué debe tener un programa de inteligencia emocional para que tenga éxito?


El presente artículo propone una herramienta clave que debería ser contemplada en cualquier programa para el desarrollo de la inteligencia emocional: Los talleres de inteligencia emocional y Programación Neurolingüística (PNL).


A estas alturas, seguro que usted ya tiene conocimientos teóricos sobre la inteligencia emocional y conoce las ventajas que conlleva su desarrollo, tanto a nivel personal como profesional:


La comunicación mejora; el trabajador se siente más persona, más feliz, más pleno y con mayor calidad de vida; aumenta la motivación; las relaciones personales mejoran; las personas se implican más en su trabajo y son más responsables y autónomas; se mejora el clima laboral; nuestro poder (especialmente el carismático) y nuestro liderazgo se ven reforzados; aumenta la eficacia y eficiencia de las personas y de los equipos; los procesos de cambio y de mejora continua se agilizan; mejoran las relaciones con los clientes y con todos los públicos de la empresa; …


Probablemente habrá intentado poner en práctica algunos de los conceptos que le indican los libros que hablan sobre el tema, ¿cómo le ha ido?


Sin duda, y como en tantas otras cosas, aunque es relativamente sencillo entender y comulgar con la teoría, llevarla a la práctica es mucho más costoso y, a menudo, nos sentimos perdidos desde antes de empezar o no vemos los resultados de nuestro esfuerzo y dedicación.


Y es que la clave del éxito del desarrollo de la inteligencia emocional en la empresa se encuentra en el propio desarrollo personal, en el esfuerzo de cada uno de los sujetos implicados, a su ritmo y desde la introspección, la toma de conciencia y la voluntad de cambio y mejora continua de cada uno de ellos.


Porque para lograr desarrollar la inteligencia emocional en la empresa, todos (y especialmente los altos cargos), deben desarrollar la suya propia. Por eso, si queremos gestionar y dirigir el desarrollo de la inteligencia emocional es necesario facilitar un clima de confianza y apertura, elevar el nivel de conciencia y autoconocimiento de cada empleado e incrementar su motivación.


En cualquier caso, la dinámica que usted utilice para aprovechar al máximo las capacidades de sus empleados, a través de la inteligencia emocional, debe ajustarse a las necesidades de la organización de forma que se trabajen los valores y cultura compartidos propios de la empresa o del rol, sin olvidar en ningún momento los intereses de cada uno de los participantes, de forma individual y personalizada.


De esta forma, se logrará un cambio de conducta y hábitos de forma consistente, donde tanto la organización como el participante se sentirán satisfechos con el proyecto de mejora asumido.


Y es que, como bien se evidencia en la propia esencia de la inteligencia emocional, las emociones son el motor de cualquier acción. Si no utilizamos métodos que contacten directamente con el interior y el ‘corazón’ de las personas, difícilmente lograremos provocar cambios en ellos, o en nosotros mismos. Por eso, cualquier programa bien estructurado que pretenda incidir sobre las actitudes y conseguir energía para el cambio y la mejora, debe contar con talleres de inteligencia emocional y PNL.


Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a misresultados@riquezaextrema.com y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que usted logre lo que quiere.


JaManza
 

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