Este final del año el Ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, puede descansar con la tranquilidad del deber cumplido. En su gestión sobresalen dos aspectos importantes. Primero cumplir, al menos parcialmente, con su sueño de tener la tasa de desempleo en un dígito, la cifra reportada por el DANE de un desempleo de 9.2%  en noviembre es sin duda alentadora. Lo que es difícil es que la cifra se consolide en el largo plazo, en marzo habrá que mirarla cifra de desempleo de enero y febrero, quizá para la época la cifra no solo se incremente sino que vuelva a su tasa casi natura de dos cifras.

El segundo aspecto a destacar, y el motivo más importante del Ministro para estar contento, fue lograr que el Congreso aprobara el proyecto de reforma a la Ley de Regalías, el cual permitiría lo que el Ministro llama “esparcir la mermelada en toda la tostada“. Es sin duda un gran logro, no solo porque el esquema de reparto diseñado muestre cierta equidad en el acceso a los recursos por regalías – pues el resto de municipios del país, incluidos los más pobres, tendrían la oportunidad de acceder a ellos- sino porque ataca un problema endémico en los departamentos y municipios productores: la corrupción que asuela la contratación de obras y servicios sociales, algunas inútiles, que se empiezan pero no se terminan. El proyecto de reforma tiene la gran ventaja de poner a los municipios a competir por los recursos a través de proyectos monitoreados por la Comisión Rectora del Sistema General de Regalías, lo que a la equidad en el reparto puede añadírsele la eficiencia.

Pero sobre ambos logros se ciernen sombras perturbadoras. En materia de desempleo el peligro es que los resultados en su disminución a un dígito sean temporales. La teoría y la evidencia empírica pone de manifiesto la estrecha relación entre crecimiento económico y empleo; el país tuvo un tercer trimestre sobresaliente con un crecimiento de 7.7% en la producción bruta, precisamente el trimestre donde gradualmente se viene consolidando el desempleo a la baja. Pero no hay razones para pensar que esa tasa de crecimiento sea sostenible en el mediano plazo y menos aun con la crisis de deuda europea que se sentirá en el país en el 2012.

En cuanto a la Ley de Regalías a ésta le faltan dos difíciles filtros para que el anhelo del Ministro se satisfaga. El proyecto deberá entrar a conciliación entre Senado y Cámara en la próxima legislatura y esperar el dictamen de la Corte Constitucional sobre la exequibilidad del articulado. Ambos caminos son tortuosos, pero ojala que los intereses nacionales se sobrepongan a los regionales, por el bien de los municipios más pobres, y que el mal ambiente que puede generar los departamentos y municipios productores no contamine el buen juicio y criterio que ha caracterizado a la Corte constitucional.

Sería pues un gran logro que el país pudiera situar su tasa de desempleo por debajo del 10% en el largo plazo, pero no depende solo del Ministro, depende de la dinámica del mercado laboral y del crecimiento económico. En cuanto a la Ley de Regalías dependerá de la voluntad de los congresistas y del atino de los magistrados que la tostada no se caiga por el lado de la mermelada.

@jhbarrientos