La semana pasada el Gobierno Nacional anunció medidas para reestructurar el sistema de salud, muchos consideran que esas medidas son solo paños de agua tibia para un sistema que tiene  profundos problemas de organización y de transparencia en su administración. Una medida contemplada, entre otras, es eliminar la Comisión de Regulación en Salud (CRES). El argumento del Gobierno, es que la Comisión se ha convertido más en un problema que un instrumento para solucionar los problemas regulatorios del sector.

Uno de los aspectos sobresalientes en la regulación del sistema de salud es que hay demasiadas instituciones con funciones regulatorias, la cuales en principio debería tener la CRES. Estas instituciones van desde el propio Ejecutivo, El Minsalud, la Superintendencia de Salud, el Consejo Nacional se Seguridad Social, el Minhacienda, el INVIMA, hasta la Superintendencia de Industria y Comercio y otras. Este choque de competencia no se eliminó con la Ley que crea la CRES, en consecuencia es  más fácil –  y pertinente–  acabar con la CRES que con el resto de instituciones.

Pero el argumento más fuerte para acabar con la CRES es que es una comisión de regulación que no regula, pues no tienen poder sobre lo más importante: regular las relaciones (de mercado) entre aseguradores y prestadores del sector salud, y las relaciones de éstos con los usuarios finales. Esto se traduce en que la CRES no es competente para regular ni contratos entre EPS e IPS (o sus proveedores, en especial farmacéuticas), ni mucho menos para regular tarifas y precios. En consecuencia no tiene capacidad para juzgar si hay competencia desleal o si alguna EPS tiene posición dominante.

Más aún, el poder regulatorio de la CRES  se agota en la actualización del POS y en el cálculo de la unidad de pago por capitación-UPC, tareas que bien podrían asumir diez funcionarios diligentes en el Minsalud a un menor costo, pues el funcionamiento de la Comisión de marras cuesta 10.000 millones de pesos anuales. Para completar, la CRES está muy lejos de ser una institución con la reputación, seriedad y la capacidad técnica y científica de sus primas la Comisión de Regulación de Energía (CREG) y la de telecomunicaciones (CRT).

La solución a los problemas del sistema no se logra acabando con las EPS’s o con la Ley 100, pues un logro significativo de la Ley es la separación entre aseguramiento y la prestación del servicio de salud para lograr el equilibrio entre eficiencia y equidad. Lo crucial es tener una institución que vigile, ordene y regule todo los aspectos del sistema de salud. Porque no nos engañemos, la CRES de hoy fue un embeleco de los académicos y un estruendoso fracaso de los políticos.

@jhbarrientos