Son muchos los avisos publicitando el avance de infraestructura de Medellín, con frases como Medellín Imparable o Aquí están Invertidos sus Impuestos, etc. Sin duda ciudades como Medellín son un reto para cualquier alcalde, con mayor razón para uno honrado y diligente. El reto que tiene Anibal Gaviria es grande, porque las ciudades, como las personas, también se estancan. Tiene el reto de mantener, o incluso, dinamizar más aún a Medellín y mantearla imparable y que siga siendo ejemplo para las demás, incluso para la Capital, pues la ciudad tiene un presupuesto envidiable y una estabilidad fiscal y transparencia a toda prueba. La palabra corrupción desapareció en los últimos 8 años y por eso los medellinenses votaron.
Mi digresión y preocupación tiene que ver con el hecho de que a las ciudades también se estancan, como pasó con Detroit, EE.UU. No es un secreto que ciertas ciudades y departamento en Colombia tienen un futuro económico incierto y, seguramente, buena parte de las ciudades intermedias reducirán aún más su importancia estratégica. En el largo plazo ciudades como Quibdó, Popayán o Neiva estarán condenadas a pasar desapercibidas en el plano económico y político. Son ciudades cuyas gentes tendrán incentivos a irse a ciudades como Medellín o Bogotá, a entornos más competitivos pero con más oportunidades de desarrollo.
¿Qué hay detrás de éstas especulaciones poco esperanzadoras? Es partir de un principio simple: hay ciudades que son exitosas y otras que no. Esto sucede gracias a la innovación, al continuo progreso técnico, al multiculturalismo y al exigente y competitivo ambiente educativo y laboral. Las ciudades son importantes en la medida en que la gente gane conocimiento solo por el hecho de juntarse con gente más lista, inteligente, avispada y productiva. Con seguridad si el jefe nos propusiera mudarnos a Quibdó, Ibagué o Popayán, con el mismo salario, y nos argumenta que el alquiler y la alimentación son mucho más bajo, en la mayoría de los casos, la respuesta será un contundente No.
De hecho las grandes empresas con alta probabilidad siempre elegirán instalarse en Bogotá o en Medellín, incluso sabiendo que en otros sitios pueden pagar unos salarios e impuestos drásticamente más bajos (HP es un ejemplo). Esto es así, según el economista, Ed Glaeser porque las industrias y los servicios, incluida la educación, prosperan en un entorno de ciudades diversificadas y son éstas las llamadas a crecer y desarrollarse. Más aún, las ciudades exitosas e innovadoras representan, de acuerdo al economista Tim Hardford, ¨una especie de universidad de la vida¨ donde juntarse con gente e instituciones exitosas (empresarios, políticos, intelectuales, fundaciones, artistas, etc.) incrementa y mejora las redes sociales, las cuales produce resultados asombrosos en materia de contactos, posibilidades de estudio o empleos, ideas y desarrollo socioeconómico.
Según este simplificado pero objetivo argumento, son y serán las ciudades ¨grandes e innovadoras¨ las oferentes de las mejores oportunidades. En consecuencia Bogotá y Medellín son las ciudades colombianas que históricamente han sido las más exitosas y lo que hoy son es el resultado de un desarrollo apreciable en los ámbitos intelectual, artístico, industrial y político, e incluso, quien lo creyera, es un asunto de racionalidad e incentivos económicos. Es el difícil reto de Aníbal Gaviria, hacer de Medellín una ciudad cada vez más atractiva y competitiva.
@jhbarrientos