<span lang="ES-CO" style="font-size:
11.0pt;color:#282828″>Esta semana en entrevista con El Tiempo, el Ministro de Salud apuntó a varios de los problemas graves que asuelan el sistema de salud colombiano, pero también aludió a las posibles soluciones. Expresa el Ministro que el régimen subsidiado debe cambiar drásticamente, reconociendo tácitamente que son las EPS del régimen subsidiado las que estarían en crisis financiera, lo que se traduce en incumplimientos de las obligaciones con la red de hospitales y que termina en un deterioro del servicio.
El Ministro se cuida de admitir que haya una crisis de salud pero si acepta que existe una crisis financiera, y apunta a los cambios que de fondo tendría una eventual reforma a la salud, entre ellos, cambios a la Ley 100 como consecuencia del modo de financiación del sector, dado que la reforma tributaria introduce un modelo de financiación dependiente de los impuestos generales, que son menos estables que el “cheque” periódico y seguro que significaba la cotización del empleador.
Quedó en el aire un punto que preocupa y es que “no se ha tomado una decisión” sobre si se acaba o no las EPS; aparentemente estaría hablando de las EPS del régimen subsidiado y toma fuerza la idea de que sean los entes territoriales los que administren dicho régimen –Medellín y Antioquia, por ejemplo, avanzan en la creación de una EPS mixta para dicho régimen– siempre que se disponga de un control férreo a su actividad.
No creo que al hablar de decisiones sobre acabar las EPS se refiriera a las del contributivo, pues aquí el cantar es otro. Él mismo habla de preservar lo ganado en los últimos 20 años. Pues no está de más recordar que antes de 1993 lo que existía en salud era un monopolio estatal que “aseguraba” y prestaba el servicio, con un precario sistema hospitalario de asistencia pública que en conjunto no atendía al 30% de la población del país.
Sé que el Ministro lo tiene muy claro, pero es bueno señalar que el sistema de salud ha fallado porque el Estado ha sido el primero en desatender dos de los pilares sobre los que se edificó el Sistema: la regulación y la prestación del servicio; y han sido las fallas en estos la razón principal por la cual los recursos se pierden y el aseguramiento, en especial en el régimen subsidiado, no esté funcionando como la Ley previó.
Cualquier iniciativa que pretenda modificar el sistema debe conservar la libre competencia en la provisión del seguro, así como el principio fundamental de separación entre aseguramiento y prestación del servicio –al menos en el régimen contributivo–, con la respectiva vigilancia y regulación, para evitar la regulaciones por sentencia de la Corte Constitucional y que han contribuido dramáticamente a la crisis financiera del sector.
Es innegable que la libre competencia en el aseguramiento, le ha imprimido dinámica al sistema de salud y una organización institucional que, por supuesto, debe corregirse para explotar todos los beneficios de un sistema garantista, diseñado para lograr la anhelada eficiencia y equidad en la provisión de un derecho fundamental, pero racionado, como la salud.
@jhbarrientos