El debate sobre la regulación de los precios de los servicios financieros está candente, y no es para menos, el trasfondo parece social: la bancarización, los costos de las comisiones, la aparente falta de control, pero el fondo sea quizá la elusión, e incluso evasión, de impuestos cuando un gran volumen de pagos se hace en efectivo. No obstante, creo que fue apresurado por parte del legislativo y el ejecutivo manifestar que era necesario intervenir por decreto los precios de los servicios financieros, pues parten de la premisa equivocada.

Antes de modificar el mecanismo de precios, que dicho en otras palabras es intervenir el mercado vía oferta de servicios, hay que preguntarse varias cosas: ¿no estará ya el sector suficientemente regulado? si aceptamos un sí como respuesta ¿hasta donde se ha hecho y dónde es prioritario regular?; ¿no será mejor regular las actividades y actitudes riesgosas que las tarifas de los servicios? ¿Será que si tanto el Ejecutivo como el Legislativo promueven la competencia, no se logra el mismo objetivo con menos intervención?

Frente a estas preguntas, creo sin duda que el sector financiero colombiana está suficientemente regulado, no solo por la superintendencia financiera, sino que el Banco de la República ha contribuido mucho, por la vía de la política monetaria, a que los bancos provean liquidez al mercado sin riesgos sistémicos. De hecho, Colombia salió bien librada de la reciente crisis financiera no solo debido a la lección aprendida de la crisis del 98/99 sino también debido a una regulación seria, técnica y en la justa medida. La crisis mundial y la evidencia internacional mostraron que la regulación al sistema financiero debe ir encaminada a regular los riesgos tomados por los ejecutivos financieros como consecuencia del mecanismo retributivo, pero nadie ha hablado de las tarifas.

El mejor modo de afectar precios es promover la competencia, la cual generalmente los disminuye, no importa de cual producto o servicio hablemos, pues contrario a lo que piensan los H. Senadores, e incluso lo que piensa el Ministro de Hacienda (que es más sorprendente aún), los precios máximos van en detrimento de los usuarios, debido a que el techo obliga a quienes están por encima a disminuirlo, pero incentiva a quienes están por debajo a subirlo hasta ese punto, en consecuencia la mayoría de usuarios estarán peor que antes. Los techos se convierten en el objetivo de quienes cobran por debajo.

Hay que aceptar que fue acertado publicar los costos de los servicios financieros para que la gente elija y construya su demanda, de eso se trata el mercado. Pero creo que el Gobierno debe asesorarse mucho mejor para la toma de decisiones sobre temas regulatorios y aplicar con exactitud una de las premisas del Plan de Desarrollo para que sus locomotoras funciones: Estado hasta donde sea necesario y Mercado hasta donde sea posible. En cuanto al sistema financiero se refiere creo que el Estado ha intervenido más que suficiente.