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Por: Luis Ricardo Paredes Mansfield*

 

Así le dice Nicaragua a la Corte Internacional de Justicia cuando el 6 de diciembre de 2001, radica ante la Corte una demanda contra Colombia. En ella implora la asistencia de la Corte para que ella aumente la seguridad jurídica de la región y declare:

 

  1. Que Nicaragua ostenta la soberanía de las islas de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y cayos que le pertenecen, así como sobre los cayos de Roncador, Serrana, Serranilla y Quitasueño;
  2. Que, teniendo en cuenta el título soberano solicitado anteriormente, se solicita adicionalmente que determine el rumbo de un lindero marítimo único entre las plataformas continentales y las zonas económicas exclusivas de los dos países, de acuerdo con principios equitativos y circunstancias relevantes del derecho internacional general.
  3. Nicaragua se reserva el derecho de exigir una indemnización por el enriquecimiento ilícito de Colombia por la posesión de este país, sin justo título, de las Islas de San Andrés y Providencia, así como de numerosos cayos.

 

Esta situación, dice Nicaragua, está poniendo en serio peligro el sustento de los nicaragüenses de su costa Caribe, quienes tradicionalmente han dependido de los recursos naturales del mar.

Finalmente, el 19 de noviembre de este año, la Corte Internacional de Justicia, al confirmar el rechazo de la primera petición de Nicaragua, le da parcialmente la razón a Nicaragua en la segunda. Rechaza la tercera. Es un pleito que duró 11 años ante la Corte.

 

Gracias al éxito parcial de la segunda petición, Colombia perdió aproximadamente 75.000 km2 de zona económica exclusiva (ZEE) a favor de Nicaragua. En estas zonas ningún país ejerce soberanía plena y en ella hay libertad de navegación, antes y después de la decisión de la Corte. Sí tiene el país titular de la zona unos derechos económicos, tales como el de pesca exclusiva y exploración y explotación de las riquezas del subsuelo. Todavía le quedan a Colombia 141.543 km2 de área del archipiélago. Ver mapa aquí.

 

La primera pregunta que uno puede hacerse es porqué un país, pequeño y pobre, dedica una enorme cantidad de dinero en el pago de los mejores abogados internacionalistas durante tantos años en la demanda contra Colombia? Y no solamente contra Colombia sino contra todos sus vecinos? Ha ganado 5 o 6 demandas ante la Corte Internacional de Justicia, perdiendo tan solo una. Un país con unos índices muy altos de pobreza, de los peores del hemisferio, gasta enormes recursos que estarían mejor invertidos en su población. ¿Porqué?

 

Creemos que son varias las posibles razones: una: la tradicional política, que es usada por los gobernantes temerosos de perder el favor del pueblo empobrecido, y es crear enemigos externos (sus vecinos, los Estados Unidos, y ahora Colombia) a quienes responsabilizar por sus condición, para que la población sufra su pobreza en silencio, más temerosos de los poderosos enemigos externos que atentos a su condición; dos: la convicción de sus dirigentes recientes que su país ha sido objeto de vejámenes internacionales e intervenciones extranjeras inaceptables para su respetable orgullo nacional y han encontrado en la Corte Internacional de Justicia una reivindicación de sus maltrechos derechos y honor nacional. La tercera razón posible es el sueño ya centenario de Nicaragua, hasta ahora frustrado, de permitir la construcción de un canal interoceánico por su territorio, como el de Panamá, lo cual sacaría de la pobreza a sus aproximadamente 5,7 millones de habitantes, cifra que tiende a reducirse por el éxodo de su población que emigra en búsqueda de mejores condiciones de vida.

 

Descargue aquí la solicitud de Nicaragua del 6 de diciembre de 2001:

https://www.dropbox.com/s/yzk7bdnfta9a98v/Solicitud%20Inicio%20Procedimientos%207079.pdf?m

 

Los idiomas oficiales de la Corte Internacional de Justicia son el francés y el inglés. No disponemos todavía de traducciones al español.

 

* Abogado, LLM

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