Hace ya 15 años hoy, falleció el Dr. Eduardo Alvarez-Correa Duperly, educador de juristas y humanistas. El darse cuenta era su frecuente invitación a entenderse a uno y al mundo que lo rodea. Su cátedra “Hombre y Derecho” fue de las más concurridas en la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes. Y de las más recordadas años después.
Fue maestro en historia y relaciones internacionales de la Universidad de Georgetown, Washington D.C. y doctor de ciencias jurídicas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lausanne, Suiza. Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes durante cinco años, desde 1977 y profesor de esta entre 1974 y 1982.
Autor de muchas obras jurídicas, una de ellas sobre Derecho Romano, fue rescatada y editada con gran dedicación por su discípulo, el Maestro Carlos Tejeiro, a su vez, formador de conciencias y de mentes jurídicas. La reseña del libro, aquí.
Sigue uno de los tributos de sus discípulos y amigos para el inolvidable Eduardo:
Talis igitur inter viros amicitia tantas opportunitates habet, quantas vix queo dicere. Principio qui potest esse vita «vitalis,» ut ait Ennius, quae non in amici mutua benevolentia conquiescat? Quid dulcius quam habere, quicum omnia audeas sic loqui ut tecum? Qui esset tantus fructus in prosperis rebus, nisi haberes, qui illis aeque ac tu ipse gauderet? adversas vero ferre difficile esset sine eo, qui illas gravius etiam quam tu ferret. Denique ceterae res, quae expetuntur, opportunae sunt singulae rebus fere singulis, divitiae, ut utare, opes, ut colare, honores, ut laudere, voluptates, ut gaudeas, valetudo, ut dolore careas et muneribus fungare corporis; amicitia res plurimas continet; quoquo te verteris, praesto est, nullo loco excluditur, numquam intempestiva, numquam molesta est; itaque non aqua, non igni, ut aiunt, locis pluribus utimur quam amicitia. Neque ego nunc de vulgari aut de mediocri, quae tamen ipsa et delectat et prodest, sed de vera et perfecta loquor, qualis eorum, qui pauci nominantur, fuit. Nam et secundas res splendidiores facit amicitia et adversa partiens communicansque leviores (» Paulos, Catones, Galos, Scipiones, Philos «) VI. 21.
De Amicitia Marcus Tullius Cicero VI .22
Pues bien la amistad entre los hombres tiene tantas ventajas cuantas apenas soy capaz de decir. En principio qué puede ser “propio de la vida”, como afirma Ennio, que no repose en la mutua benevolencia del amigo? Qué más dulce que tener con quien te atrevas a hablar como si hablaras contigo mismo? Quién gozaría tánto en la prosperidad si no tuviera quien se alegrara con ella tánto como tú mismo? Pero soportar las adversidades difícil sería sin éste que las sufriera más profundamente que tú. Finalmente las demás cosas que se desean son oportunas una por una, individualmente: la riqueza para usarla, el poder para ejercerlo, los honores, para ser alabado, los placeres para que te alegres, la salud para que carezcas de dolor y cumplas con las funciones del cuerpo. La amistad abarca muchas cosas, a donde quiera que te gires está al alcance, no se excluye de ningún lugar, nunca es intempestiva, nunca molesta. Por esto no nos servimos del agua ni del fuego en tantos lugares, según dicen, como de la amistad. Y no hablo ahora de la amistad vulgar o mediocre, que, sin embargo, también deleita y aprovecha, sino de la verdadera y perfecta como fue la de estos que hace poco nombramos. Pues la amistad hace tanto la prosperidad más espléndida como la adversidad, compartiendo y comunicando, más liviana. (» Paulos, Catones, Galos, Scipiones, Philos «) VI. 21
(Traducción de la Profesora Lindy Arriaga Díaz)
A sus familiares, amigos, discípulos, y a la comunidad jurídica que gozó de su amistad y sus enseñanzas, un tributo a su memoria.
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