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En la última entrega de la revista Forbes, de enero 12 de 2009, el Socio-Presidente de Cravath, Swaine & Moore LLP, la prestigiosa firma de abogados de Nueva York, el Sr. Evan R. Chesler , propone acabar con el sistema de facturación por horas de las firmas de abogados, particularmente para los litigantes.

La propuesta no viene de cualquier firma de abogados. Cravath, Swaine & Moore es considerada por muchos como una de las tres firmas más prestigiosas de los Estados Unidos, país en el cual la facturación por horas es la regla general. Hay excepciones, por supuesto, pero es la regla general allá y es aplicada por muchas firmas de abogados en Colombia.

Chesler empieza por afirmar, insólitamente, que él personalmente tiene muchos clientes, y que por tanto puede trabajar y facturar todo lo que quiera, y que eso es precisamente lo que hay que arreglarle o corregirle al sistema. Dice que los clientes sienten que no tienen ningún control sobre el número de horas facturadas y que no encuentran correlación entre el costo y la calidad del trabajo.

Propone como alternativa un sistema parecido al de los contratistas de ciertas obras: identificar los objetivos del cliente, medir, calcular y presentar una propuesta fija de honorarios. Si el trabajo excede el estimativo inicial, la idea es conversar con el cliente para negociar un nuevo precio. Si la preocupación es que este sistema invita al abogado a desplegar su mínimo esfuerzo, aconseja contratar abogados en quienes se tiene confianza. La garantía de la calidad del trabajo debe provenir de una prima, convenida y pagada por el cliente para premiar el éxito de la gestión.

En Colombia no es usual remunerar a un abogado litigante por horas. Es común el sistema de una suma fija más una prima de éxito, pero hay muchas otras gestiones, tales como negociaciones o consultorías en las cuales sí se usa el sistema de las horas facturables. El concepto en sí de qué es una hora facturable está abierto a interminables discusiones. Los clientes se preguntan si se cobra por el saludo, y los abogados se preguntan si la solución al caso obtenida mientras se ducha, es tiempo facturable o no. ¿Se cobra el tiempo empleado en el transporte a la reunión con el cliente, sobre todo si es fuera de la ciudad o inclusive del país?

Creemos que en todos los casos, el cliente desea saber de antemano cuánto le va a costar la consultoría jurídica, y es apenas entendible. Un sistema en el cual se suministra un estimativo de horas, con un tope máximo, con o sin una prima de éxito podría satisfacer la necesidad de certeza para el cliente. Si la gestión presenta un imprevisto que genera mucho más trabajo no presupuestado por el abogado, estamos seguros que el cliente estaría dispuesto a reconsiderar la suma inicialmente pactada. Lo hemos visto en muchos casos.

No es la primera crítica al sistema de horas facturables, pero sí una de las más importantes provenientes de una firma estadounidense que usa el sistema. Estamos seguros que generará un gran debate y más de una firma seguirá el ejemplo de Cravath, Swaine & Moore.

PD: Cierto conocido empresario colombiano a quien se le facturaba por horas le presentó un día a su abogado, con mucho sentido del humor, un reloj conseguido en un anticuario europeo con gran dificultad, debido a su singular característica: marchaba hacia atrás!

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