Desde el corazón de Bogotá, Andrés Santamaría asume el desafío de liderar el Instituto de Turismo con la convicción de impulsar un crecimiento económico sustancial a través del turismo ¿Cómo planea lograrlo?

Andrés Santamaría, director de Instituto de Turismo de Bogotá (Foto IDT)


En un ambiente cargado de expectativas y desafíos, Andrés Santamaría Garrido asumió el mando del turismo de Bogotá. Desde su oficina del piso 23 en la Carrera 10 con Calle 28, la ciudad resplandece como un imán para los viajeros de todo el mundo.

“Es una ciudad ansiosa por renovarse y destacar en el panorama turístico de Latinoamérica, una ciudad que requiere una transformación significativa enfocada en el crecimiento y la sostenibilidad”, detalla Santamaría, un caleño que en su palmarés ostenta los cargos de Personero de Cali, presidente de la Federación de Personeros y Defensor del Pueblo del Valle del Cauca.

Bajo su dirección, el Instituto Distrital de Turismo, IDT, quiere dar un giro de timón para que el destino se vuelva un negocio rentable, capaz de elevar el PIB del 3.2 al 3.5 porciento en 2024. “Sería la primera vez que coloquemos una meta de crecimiento del PIB en el plan de desarrollo de la ciudad”, asegura Andrés Santamaría.

JOYA DEL TURISMO

De hecho Bogotá cumple un rol importante en la derrama por turismo nacional. Con 80.000 empleos generados en los subsectores —desde restaurantes y bares, pasando por alojamientos, atracciones y llegando a aerolíneas, turperadores y agencias— “la capital colombiana puede llegar a duplicar esa cifra para llegar a 150 mil plazas en los próximos cuatro años”, atisba el funcionario.

Plaza de Alfiles, Centro Comercial Gran Estación (Foto Unsplash).

Sus asunciones se basan en la incomparable oferta de entretenimiento, deportes y cultura disponible, con establecimientos que funcionan las 24 horas, 62 museos, gastronomía de clase mundial, 56 teatros y —algo que refuerza Santamaría en todos sus discursos: “una diversidad ecológica que llama la atención, especialmente porque el 75 porciento de Bogotá es rural”. Algo conocido como ‘Bogotá Región’ en el argot turístico cachaco.

A pesar de la diversidad de proveedores turísticos, la capital colombiana se ha sentido desarticulada en los últimos años, ya que cada cual tira por su lado. Los hoteleros, solitarios en la búsqueda de más ocupación y formalidad. Las agencias y freelancers orientadas al emisivo. Los touroperadores, ‘haciendo patria’ con tours privados. Los eventos y reuniones, desconectados del IDT. Hasta ahora.

“Es algo que está cambiando”, remarcó Santamaría, quien sorprendió con su presencia en ExpoImagen Bridal, una feria temática organizada por Courtyard by Marriott Bogotá Airport, que congregó a más de 500 participantes y 20 proveedores, entre joyeros, diseñadores de trajes, gente de catering, decoración y menaje entre otras categorías nupciales.

Es la primera vez en varias administraciones, que el IDT se interesa por eventos realizados por gente privada, más allá de los consabidos Corferias y Ágora.

El nuevo director del IDT busca promover la colaboración público-privada en eventos turísticos de Bogotá.

LOS PRIVADOS, SOLOS

Su anuncio tiene acento de mea culpa: “Los privados no pueden seguir solos cuando organicen congresos o exposiciones masivas”. Y también de absolución: “Ahora mismo, estamos identificado los congresos, ferias y reuniones temáticas masivas de nivel empresarial para acompañarlos plenamente”.

La ‘Marca Ciudad’ debe ser primera, segunda y tercera en la lista de prioridades” (Foto IDT).

Es que el calendario de eventos bogotano es tan abultado como mixto. Congresos como el Latinoamericano del Sueño, en la Universidad Javeriana del 24 al 27 de abril, reunirá a especialistas en medicina del sueño, psicología, monitoreo, medicina dental y ventilación.

Mientras tanto, TecnoLácteos y TecnoCárnicos Andina congregará en el hotel Sheraton la oferta de proveedores de tecnologías para producción de lácteos y carnes; y JW Marriott organizará el Festival Gastronómico Quebequense, del 17 al 21 de marzo. Y la lista continúa.

MARCA CIUDAD

De hecho, Santamaría le dio su espaldarazo a este último para convertirlo —ojalá— en un ‘Evento de Ciudad’ a través de un memorando de entendimiento que se firmará la próxima semana. Tal documento, es algo así como un ‘acuerdo de buenas voluntades’ de cooperación entre el IDT y los organizadores, para cuando ellos realicen eventos similares en la ciudad.

«Los eventos privados no pueden prosperar sin el respaldo y la colaboración del gobierno»: Santamaría, IDT

Crecer o morir. Renovarse o volverse irrelevante. “Debemos ser capaces elevar el branding de la ciudad más allá de la imagen del gobernante de turno”, revela Santamaría. En este sentido, “La ‘Marca Ciudad’ debe ser primera, segunda y tercera en la lista de prioridades”.

Un bus articulado de Transmilenio rueda por el Eje Ambiental de la Avenida Jiménez (Foto Unsplash).

Para todos quienes de alguna forma u otra, vivimos del turismo, como yo, sabemos que la tan anhelada ‘Marca Ciudad’ no es más que es un término marketero que busca crear una impresión duradera en la mente de los viajeros, resaltando los atributos únicos del destino.

En este sentido, Santamaría es consciente de que el IDT debe ir más allá de una simple campaña de marketing. “Se trata —ni más ni menos— de una narrativa cuidadosamente elaborada que encapsule la identidad, cultura,  historia y experiencias que Bogotá tiene para ofrecer”.

“También debe englobar el alma de las comunidades, la promesa al visitante y el compromiso con la excelencia”. Mejor dicho, tamaño desafío.

DIVERSIDAD COMO GRAN FILÓN

Para resolver esta encrucijada, la diversidad surge como el gran filón. ¿Acaso existe una ciudad más diversa e inclusiva que Bogotá? se pregunta Santamaría. Y él mismo responde: “Esa connotación de ‘urbe migratoria’ ha derivado en que la ciudad sea reconocida como destino cultural, gastronómico y artístico.

«La marca ciudad de Bogotá debe ser nuestra prioridad absoluta en la promoción turística».

Sin embargo, estas actividades suelen ser financiadas por el sector privado, mientras que la alcaldía rara vez asume los costos. “Esto se debe a que el Distrito carece de los recursos adecuados para el turismo, lo que a su vez degenera en uan pobre cultura gubernamental”, revela Santamaría. “Definitivamente un círculo vicioso”.

Panorámica del Centro de Bogotá (Foto Unsplash).

BOGOTÁ, PUERTO SECO

Además de lograr incluir un ítem del presupuesto destinado al marketing turístico, el IDT busca impulsar aún más el posicionamiento geográfico de Bogotá como punto de entrada a Colombia. El objetivo: reforzar la capital como hub de conexiones regional, tal y como lo es Ciudad de Panamá en la actualidad.

«El Dorado Max consolidará a Bogotá como un ‘puerto seco’ de relevancia internacional.»

Es una iniciativa que va en línea con la idea del alcalde Carlos Fernando Galán, de ampliar la capacidad del Aeropuerto Internacional El Dorado para que aumente de 40 millones de pasajeros a 60 millones por año.

Andrés Santamaría piensa que Bogotá ocupa una posición inmejorable como la ciudad más inclusiva de Colombia (Foto IDT).

El Dorado Max, como se denomina el proyecto, operará como el más grande ‘puerto seco’ del país gracias a la inversión de $7 billones representados en la ampliación de la terminal de carga, 1.690 estacionamientos adicionales, 39 posiciones nuevas de parqueo de aeronaves y el mejoramiento de la Terminal 2 para que acepte 10 millones de pasajeros adicionales.

“Definitivamente será un camino en el cual construiremos muchos puentes entre el gobierno y el sector privado”, finaliza Santamaría. “Llegó la hora de dejar de lado las diferencias y trabajar hacia un objetivo común a través de la articulación, la promoción y las experiencias de calidad para lograr una efectiva comercialización turística que eleve a Bogotá como lo que es en realidad: un destino competitivo de talla mundial”.

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