Reducción de la complejidad, agilidad empresarial y disrupción de procesos son tres conceptos que –unidos- pueden evitar que los negocios actuales se vuelvan obsoletos. ¿Será verdad tanta belleza?

Se trata de un coctel digital creado para que las empresas puedan sobrepasar a la competencia a velocidad de ráfaga utilizando nuevas tecnologías de   inteligencia de negocios, seguridad y movilidad, las cuales supuestamente las llevará por el camino del éxito.

Y aunque muchos proveedores dicen que tienen la formulita para lograr tal transformación, lo cierto es que es bastante complicado reunir estos ingredientes en una solución única que se ajuste a todas las necesidades.

Sin embargo, algunas compañías como CA Technologies están esforzándose por cambiarle la cara a las soluciones tecnológicas, que por años han estado enfocadas en ‘fierros’, redes y servicios, para –en lugar de ofrecer líneas de productos- brindar soluciones integradas de extremo a extremo.

Tal paradigma se basa en el software como piedra angular para la innovación y el crecimiento empresarial. “Hay que ver al software no solo como un producto tecnológico, sino como una base organizativa para el negocio”, asegura Laercio Albuquerque, un brasileño que ingresó a CA Technologies en 1995 como consultor técnico y hoy dirige la región latinoamericana.

“El software provee escalabilidad, reduce la fricción y aumenta la velocidad”, prosigue Albuquerque, quien visitó Bogotá en diciembre pasado para estrenar las nuevas oficinas de la compañía ubicadas en la calle 116 con séptima. El ejecutivo cree que las ventajas competitivas de los negocios actuales están íntimamente ligadas a algo que CA Technologies clasifica dentro de la ‘economía de las aplicaciones’, un concepto surgido en 2008 que estudia los recursos digitales alrededor de los dispositivos móviles, contenidos, datos y –por supuesto- las apps.

TECNOLOGÍA QUE TRANSFORMA VIDAS

Este concepto surge luego de la transformación digital que propicia la tecnología en nuestras vidas. Es así como una “practicidad inesperada llega directamente a la palma de nuestras manos”, prosigue el ejecutivo. “Mientras hacemos check-in en el aeropuerto, realizamos compras online o pagamos una cuenta bancaria, la innovación está a solo un clic de distancia.”

Con este argumento, CA Technologies quiere tomar las banderas de la economía de las aplicaciones para lograr que las empresas estén mejor preparadas para enfrentar el enorme volumen de datos generados ‘detrás del clic’.

Para lograrlo, su CEO Michael Gregoire ha propuesto tres pilares: uno, implementar soluciones del tipo ‘DevOps (acrónimo de development y operations) que ayudan a introducir innovaciones mediante la comunicación, colaboración e integración; dos, proveer acceso seguro a los usuarios correctos en el momento oportuno mediante interfaces API (Application Program Interface) tanto en seguridad como en gestión, para crear aplicaciones listas para el Internet de las Cosas, un lugar común donde los dispositivos y cosas comunes en la vida de las personas estarán conectadas permanentemente a Internet, incluyendo los electrodomésticos, los automóviles y hasta la ropa que llevamos puesta.

El tercer pilar pretende que los negocios reduzcan su complejidad mediante soluciones que le aporten valor al negocio utilizando la computación en la nube.

Aunque un escenario como este puede sonar muy abstracto y difícil de entender por algunos empresarios, lo cierto es que se trata de conceptos obligados para que un negocio realmente innove y se transforme de manera digital.

¿De qué forma entonces, podría explicarse el inusitado éxito de start-ups que crecieron velozmente sobrepasando a gigantes corporativos? Los casos de Netflix vs Blockbuster y Amazon vs Walmart son motivo de estudio a nivel global. En Colombia Tappsi y Rappi son ejemplos vivos de cómo disruptir creativamente para ganar mercado en esta era de la economía de las aplicaciones.

Sin embargo, aún existen muchísimas empresas que no quieren arriesgarse a innovar y terminan cediendo terreno que rápidamente ganan los más ágiles. Aquí, la estrategia CA cobra sentido, “ya que es mejor arriesgarse que rezagarse”, dice Gregoire, para quien “los libros de historia están llenos de cuentos de grandes empresas que comprendieron mal la innovación”.   ç

En este mundo interactivo con nuevos negocios enfocados en el cliente, moverse demasiado lento es castigado con el olvido. Los riesgos son enormes y cada día que pasa sin subirse al bus de ‘lo digital’ hace que las posibilidades de fracaso sean mayores.

¿Su negocio ya se subió al bus digital?. No vale la pena esperar.