Las operadoras de telecomunicaciones andan enloquecidas buscando la forma de abrirse paso en la Internet de las Cosas (IoT), un mercado que generará ingresos por 8.900 billones de dólares y conectará a más de 50.000 millones de cosas en todo el mundo a 2020, según una investigación de Cisco.
Identidad Technologies fue la primera en dar el brinco en Latinoamérica al anunciar su alianza con HPE. Ahora el turno le corresponde a Claro, que a finales de Septiembre reunió a más de 300 clientes y aliados en Bogotá para anunciar su ingreso a este promisorio negocio.
“Llevamos años preparándonos para la Internet de las Cosas”, me dijo el Presidente de Claro Colombia Carlos Zenteno en una entrevista realizada en su nueva sede corporativa Plaza Claro, un complejo empresarial y comercial de 35.000 metros cuadrados que albergará en Ciudad Salitre a sus 3.300 colaboradores y estará listo antes de finalizar este año.
Zenteno destacó la capacidad de su empresa para conectar eficientemente personas, lugares y objetos a través de un ecosistema –como él lo llama- compuesto por infraestructura, servicios y soluciones que: “Le permitirá a nuestros clientes innovar en cada una de sus industrias”.
IOT: FACTOR CATALIZADOR
Para este ingeniero electrónico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de México, resulta innegable que los datos son el factor direccionador de las operadoras y la Internet de las Cosas su catalizador.
En este nuevo camino, Claro ha dejado atrás el estigma de ser una telecom carrier tradicional para convertirse en un solucionador de tecnologías de información (TI) que busca explotar el nuevo ‘oro digital’: los datos.
“No se trata de resolver el eterno problema de la última milla”, dice convencido. “Estamos nada mas y nada menos que en el preámbulo de la verdadera masificación de las redes”.
“No se trata de resolver el eterno problema de la última milla. Estamos nada mas y nada menos que en el preámbulo de la verdadera masificación de las redes”.
Ojo que la intención de Claro no es solo conectar personas y cosas, sino también mejorar la experiencia. “Esto se logra con internet de alta velocidad y tecnologías que habiliten mayor seguridad, comodidad y productividad”, prosigue el ejecutivo, quien está consciente de que las redes 4.5G son el preámbulo para la masificación de la IoT: “4.5G es la evolución natural de las redes 4G y una transición necesaria hacia 5G”.
A diferencia de las actuales redes 4G, donde la velocidad es de 100 megabytes por segundo (Mbps), con 4.5G se obtendrán conexiones superiores a 1 gigabyte por segundo (es decir, 1.000 Mbps). Este incremento de velocidad se acercará mucho al desempeño que ofrecerán las redes 5G cuanto estén listas en un par de años.
Con esas velocidades y disponiendo de una mayor conectividad, la Internet de las Cosas llega actualmente a áreas nunca antes imaginadas: parqueaderos intuitivos, agricultura sostenible, hogares inteligentes y vehículos autónomos, espacios donde las operadoras son el medio natural dados sus altos niveles de conectividad y capilaridad.
Celotor es el más vivo ejemplo de ello: una solución para ganadería creada por un emprendedor caleño que, cuando descubre que una vaca entra en celo, envía un mensaje al teléfono del veterinario. Su funcionamiento es tan sencillo como sorprendente: las hembras portan un chip en su cola que –cuando un macho la monta- detecta la actividad y envía la notificación. Todo esto se realiza mediante sensores y dispositivos de radiofrecuencia que utilizan la red celular de Claro.
ANALÍTICA: LA NUEVA FRONTERA
Aunque en un principio no estaba muy clara la forma en que podía monetizarse la Internet de las Cosas, en los últimos dos años las operadoras comenzaron a darse cuenta del inmenso valor que puede extraerse de recopilar y analizar los datos de los objetos que nos rodean.
En este nuevo orden cibernético, Claro ha venido rodeándose de un séquito de vendors capaces de ayudarle a convertir en billete la inmensa cantidad de datos que circula por sus redes. No en vano lo acompañan los más grandes en conectividad mundial: Huawei, Alcatel, Nokia y Ericsson, quienes tuvieron stand propio durante el lanzamiento de su iniciativa el pasado 22 de Septiembre.
Sus designios van más allá de ponerle GPS a la mascota o de analizar el alumbrado público. Claro quiere extender sus desarrollos más allá del rastreo de flotas de vehículos, las fábricas inteligentes y la vigilancia a pacientes.
“Estamos en el umbral de la hiperconectividad”, finaliza con tono premonitorio Carlos Zenteno. “La masificación de la Internet de las Cosas está lista para despegar y tenemos la responsabilidad de impulsar su implementación con altas dosis de innovación, infraestructura y cocreación con nuestros clientes.”