Luego de 30 años dedicada casi totalmente al software, Microsoft encara una nueva era al adquirir la división de dispositivos y servicios de Nokia –y sus patentes- por 7,170 millones de dólares, en una operación que allana el camino hacia la convergencia de sus productos con una plataforma móvil que ocupa el tercer lugar de ventas a nivel mundial.

 

Aunque Microsoft ya fabricaba sus tablets Surface, con la compra de la firma finlandesa, tendrá la posibilidad de controlar toda la experiencia móvil (hardware, software y servicios) en una plataforma unificada que llega en estos momentos al consumidor final bajo marcas como Lumia y Asha creadas por Nokia, cuyas ventas corresponden al 80% del mercado de Windows Phone.

 

Esto puede significar que el gigante de Redmond estaría preparándose para convertir sus smartphones en sistemas de cómputo similares a los computadores portátiles, en donde Windows Phone interactúe con todos los sistemas back office y front end de la compañía y permita conectarse a plataformas externas con un ecosistema propio.

 

Con la compra de Nokia, Microsoft trata de reinventarse a sí misma y de complementar su portafolio con una oferta de hardware móvil en un mercado que se mueve rápidamente entre smartphones y tablets; un vasto y creciente escenario donde Android tiene una posición dominante a nivel mundial.

 

Para Nokia, las cosas no estaban en su mejor momento; registró una caída en la venta de equipos móviles del 27% durante el segundo trimestre de este año, y sus pérdidas acumuladas ascendieron a 5.000 millones de euros durante los últimos nueve trimestres. Sin embargo, en el último trimestre de este año, vendió alrededor de 7,5 millones de unidades de sus modelos Lumia, lo que generó una importante tracción para Windows Phone en varias geografías, incluyendo Latinoamérica.

 

Dado el precio de la transacción final, no parece una mala compra por Microsoft. Recordemos que Google pagó por Motorola Mobility cerca de 12.500 millones de dólares en mayo de 2011 y solo dos años después presentó el Moto X, su primer terminal basada en Android.

 

Por ahora, no está muy claro si HTC, Huawei, Acer, Asus y ZTE seguirán produciendo equipos para Windows Phone, dado el nivel de rivalidad que se presentará en los próximos meses entre Microsoft y las demás plataformas móviles, especialmente con Android, donde estos fabricantes tienen equipos.

 

Con una cuota del mercado móvil del 3,7% (IDC), Microsoft enfrenta dos grandes desafíos; por un lado consolidar su base de desarrolladores de Windows Phone que produzca aplicaciones y contenidos de calidad para completar su ecosistema y por otro, evitar que Android y iOS se sigan apoderando del mercado móvil. No la tiene fácil.